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domingo, 20 de marzo de 2011

Shirotenshi: Forgotten memories without you~Cap.1

Aquella noche llovía a cántaros, la tormenta parecía cobrar fuerza a medida que pasaban las horas y los rayos iluminaban las oscuras calles vacías como si fuesen estrellas cayendo desde el espacio. Una figura cubierta con un abrigo negro y una capucha corría con una maleta en mano, parecía bastante pesada ya que el contenido le obligaba a correr más despacio de lo que él pretendía y le costaba cargarla, detrás de él, dos figuras lo perseguían. Serpenteó un par de estrechos callejones para despistarles pero le seguían insistentemente, no había forma de desviarlos de su camino. No tardó en llegar a las calles que bordeaban al río que dividía la ciudad en dos, en una de las pisadas no pudo evitarlo y resbaló, cayendo al agua tanto el individuo como la maleta. Los dos perseguidores lo perdieron de vista entre la negrura del agua y optaron por dejar de buscarle, cuando vio que ya no estaban cerca, se levantó del suelo y comenzó a buscar la maleta. No hubo rastro ninguno del objeto en cuestión pero prefirió dejarlo estar, estaba bien oculta y tenía que dejar al destino actuar por su cuenta.

Tarde o temprano, su contenido tendría que despertar.

The only one question~the only one sad song in him heart


"A veces me pregunto... ¿por que sigo aquí? Miro al cielo y lo recuerdo. Ah... hubiera sido mejor que la bala me hubiera matado de una vez por todas..."

Deletier observaba el cielo con melancolía desde la ventana de su habitación, habían pasado ya diez años desde el incidente que le ocasionó la pérdida de memoria o amnesia que sufría. Aquella fatídica noche en la que sus hermanos desaparecieron sin dejar rastro y en la que todo empezó a volverse una maraña de hilos que los unía como las marionetas de un teatro de títeres para representar una tragedia. Sintió que algo le rozaba la pierna, miró al suelo y se encontró con un conejito blanco de pequeño tamaño al que había apodado "Akkun Toppen". El animalito pretendía llamar la atención de su amo rozando con su frío hocico el pie del albino, que lo cogió en brazos como si fuera su hijo y lo abrazó con cuidado de no aplastarlo.

-Eres el único que me queda después de todo, ¿no? A menos que tú también me dejes solo, Akkun...

El conejo ladeó la cabeza sin entender aquellas palabras, por lo que el chico le acarició la cabeza mientras reía suavemente. Oyó el sonido de la puerta y los pasos de alguien acercarse, dejó al conejo en el suelo y se dio la vuelta para mirar a la persona que acababa de entrar.

-Hola Dele-kun.-le saludó Marai con su típica sonrisa de siempre.

O al menos, él la recordaba así. Era una sonrisa que ocultaba, tras toda esa felicidad, un profundo dolor. Él sabía lo que ella estaba sintiendo, ambos sufrían por el hecho de haber perdido algo: él no tenía recuerdos y ella había perdido a la persona que amaba. La chica le revolvió el pelo con cariño maternal y se agachó para acariciar a la mascota, era una buena chica, muy amable y cariñosa con todo y todos, no había nada que sus manos no acariciaran con la delicadeza del tacto suave de una pluma al caer.

-¿No ha habido rastro alguno de él?-le preguntó súbitamente Deletier.

-No, simplemente nada...-le respondió la joven algo desmotivada.-No te preocupes Dele-chan, mami encontrará a papi lo más pronto posible.

En el fondo el chico se alegraba de que estuviera de buen humor hasta el punto de llegar a hacer bromas como esa pero él sabía perfectamente que lo estaba pasando mal. La rodeó con los brazos a modo de abrazo para consolarla, gesto que ella no despreció, más bien se lo correspondió ahogando un gesto lleno de tristeza. Él no podía hacer nada, se sentía tan inútil que hasta el pecho le dolía... era capaz de sentir todo el dolor de Marai y eso le hacía sufrir. La muchacha pareció darse cuenta de este hecho y le acarició el rostro como haría una madre para consolar a su pequeño. El chico se apartó suavemente y se marchó de la habitación murmurándole un "tengo algo que hacer", ella no replicó, simplemente se quedó sonriendo de aquella forma tan triste y se acercó a la ventana en la que minutos antes estaba el chico mirando. Colocó su fina y pálida mano contra el frío cristal y cerró los ojos, tratando de imaginarse donde estaría Edelier en aquel momento donde más le necesitaba.

Un encuentro inesperado en el momento menos oportuno

Deletier caminaba con la mirada fija al frente a través de las serpenteantes calles de la bulliciosa ciudad, no pensaba en nada, no miraba a nada, solo mantenía la cabeza erguida para no tropezarse con nada inesperado. Algo llamó su atención, lo hizo despertar de su letargo temporal para comprobar que no se equivocaba. Aquella estilizada figura felina que era ignorada por los humanos, ese cabello blanco que ondeaba ante cualquier brisa por ligerísima que fuese, esa mirada penetrante de dos colores que parecía la de una pantera a punto de saltar sobre su presa y que parece devorarte con solo mirarte, esa peculiar forma de vestir tan anticuada y humilde que contrarrestaba con su aura de orgullo, además de aquella peculiar cola que adornaba aquel atuendo tan estrafalario. Aquel extraño personaje sonrió y se volteó para desaparecer en un callejón, el albino decidió seguirle, extrañado, a través de la multitud. Cuando se asomó por donde lo había visto desaparecer este lo sorprendió acercando su rostro al del joven de ojos violetas y provocando que se dieran un cabezazo. Deletier cayó de culo al suelo sin poder evitarlo.

-¡Itaii!-se quejó el chico en japonés, ya que "itaii" significaba "duele".-¿Por qué has hecho eso?

-Quería darle dramatismo al encuentro pero creo que me pasé de listo.-dijo el extraño mientras se sobaba la frente.-Me imagino que después de esa noche ya no te acordarás de mí, ¿verdad?

-¿Debería? ¿Qué sabes de esa noche? ¿¡A caso sabes algo de mis hermanos!?

-Calma querido.-lo tranquilizó el otro posando un dedo sobre los suaves labios de Deletier.-Puede que sepa pero lo más importante es lo que sepas tú. Para empezar, me llamo Tsukisoice y soy el segundo en la línea de sucesión de la primera generación de la familia Andrews Gray, ¿sigues sin acordarte de mí?

-¿¡Huh!? E-entonces tendrás cerca de... ¿¡500 años!?-exclamó sorprendido el joven.-C-creo que empiezo a acordarme... te diría que es una alegría volver a verte, Kami-sama, pero creo que sería mentirle a mi frente michyuu~.

Deletier se sobó la frente con una actitud infantil mientras intentaba levantarse del suelo con ayuda de Tsukisoice, mirándolo a los ojos. Sí, seguían siendo como en el momento en el que se conocieron años atrás, antes de perder su memoria: el derecho turquesa, como el de Edelier, y el izquierdo violeta, como el suyo propio. Aquel conocido como el Dios de los cielos terrestres, Tsukisoice, y el excepcional maestro de las artes del clan vampiro Maaita y devoto a su señora, Deletier, se miraron fijamente sin motivo alguno. Entre ellos podía verse un vínculo mayor que la sangre, algo que parecía sobrepasar los límites del mundo de los muertos.

-Hay algo que debería contarte, pero esta noche no podrá ser. Solo puedo decirte que debes encontrar a una persona que conociste en tu vida anterior para encontrar a uno de tus hermanos. Ten cuidado, este lugar es peligroso, ¿vale?

El joven asintió con la cabeza y Tsukisoice procedió a marcharse, pero algo lo detuvo. Sin girarse siquiera, le habló de nuevo al peliblanco:

-¡Ah! Se me olvidaba, a partir de ahora...

"...tú serás mi sucesor, mi arma, no lo olvides."

Deletier iba a preguntarle pero una presencia a sus espaldas le hizo girarse bruscamente, encontrándose con un grupo de delincuentes dispuestos a buscar pelea. Cuando quiso darse cuenta, el extraño Kami-sama se había marchado ya. El jefe de la pandilla se acercó a Deletier y enrolló un mechón del cabello del chico sobre su dedo, como si estuviera coqueteando con él. Seguramente lo habrían confundido con una mujer, eso ya era bastante común para él. Normalmente los ángeles no tenían un sexo definido en apariencia, al contrario que los demonios, que para tentar a los humanos hacían uso muchas veces de su provocativo aspecto.

-Nena, ¿qué hace una chica tan linda en un lugar tan oscuro como este? ¿A caso vienes a buscar diversión?

Deletier no respondió.

-¿Qué ocurre? ¿Estás muda?-insistió el jefe con una voz cada vez más lasciva.-No tienes porqué tener vergüenza, no te va a doler y tampoco soy de los que muerden...

Por un momento, el pálido rostro del muchacho se sonrojó al sentir como aquel indeseable tocaba su cuerpo para provocarle, aunque no lo evitó. No le gustaba pero solo quería divertirse viendo la cara que se le quedaría al descubrir...

-¿¡Pero qué...!? ¡E-es un hombre!-exclamó el otro con una mezcla de sorpresa y asco mientras apartaba la mano del albino al llegar a su entrepierna.

-Ara~ me alaga que digas que soy tan lindo como una chica pero mamá no me deja hacer cosas sucias~ espero que podamos ser amigos, después de todo...

Hizo aparecer un par de pistolas, una era completamente negra con un precioso dragón blanco dibujado en ella y la otra era completamente blanca, sin ningún tipo de adorno que la acompañase, luego se colocó en una posición que recordaba más a un animal enfurecido y que hacía ensombrecer su rostro de una forma que le daba un aspecto terrorífico.

-...vais a ser mis juguetes.-dijo con un cambio de voz repentino, más madura y llena de "algo" que te ponía los pelos de punta, seguido de una risa infantil con cierto toque macabro.

El idiota del jefe se acercó corriendo dispuesto a pegarle un puñetazo y, cuando quiso darse cuenta, ya tenía una de las pistolas metidas en su boca y Deletier ya había apretado el gatillo haciendo que la sangre saliera disparada por la herida y lo manchase. Dejó caer el cuerpo inerte de este y miró al resto de miembros de aquel grupo pandillero, que retrocedían algo atemorizados por la repentina mirada carente de cordura del chico peliblanco. Entonces, aún sediento de sangre, se abalanzó sobre el resto con gran rapidez, era casi invisible para el ojo humano. El primero cayó de un disparo en la sien, se giró con un solo movimiento de pies y le dio un cabezazo al segundo antes de agacharse para que recibiera el ataque de su compañero y que ambos cayeran al suelo, dejándolos a merced de los dos disparos que salieron de las pistolas del ángel. Vio que el cuarto se acercaba, se apoyó en las manos para dar una voltereta y caer sobre este, agarrándole el cuello con las piernas pero todo esto sin hacerle perder el equilibrio antes de pegarle un tiro en el entrecejo. Y así cayeron los diez pandilleros, uno tras otro, a manos de un chico inconsciente de sus propios actos.

Hizo desaparecer las armas, quedándose con la vista fija en sus palmas cubiertas de aquel líquido rojo, sus ojos volvían a ser los mismos de siempre: tristes y solitarios. Lágrimas resbalaron por su mejilla mientras murmuraba un "lo he vuelto a hacer" mientras levantaba la cara hacia el encapotado cielo.

-No tienes porqué ponerte así, ellos mismos se lo buscaron.

Se giró bruscamente al oír aquella voz, asustado de que lo hubieran visto asesinar a aquel grupo. Vio frente a sí a un rostro que le resultaba familiar, era un joven un poco más alto que él y que tenía el cabello largo y negro como la noche, lo miraba fijamente con esos ojos morados tan extrañamente familiares y en un extraño impulso Deletier se llevó la mano al pecho, como si sintiese que había hecho algo muy malo. Bajó la cabeza y se encontró con la visión de los cuerpos, asustándose y queriendo retroceder pero solo consiguiendo caerse de culo al suelo. Se quejó por el golpe pero su murmullo se fue apagando a medida que empezaba a temblar, su respiración pareció acelerarse y empezaba a hiperventilar, él sabía muy bien que aquello solo era un "pequeño" ataque de ansiedad pero nunca era capaz de evitarlo. Siempre sucedían así sin más y tenían que calmarlo, se podría decir que era una mente frágil.

-¿Q-qué has visto...?

-Tranquilo, no voy a decir nada, tampoco me interesa demasiado el asunto. Solo pensé que por un momento tendría que intervenir pero no hizo falta.

-¿Quién eres? C-creo... creo haberte visto... en alguna parte...

-No tiene importancia.-le respondió secamente el chico de cabello largo.

Deletier empezó a toser, seguía poniéndose cada vez más nervioso y empezaba a marearse.

-Está bien, te lo diré si así te calmas.-el joven frunció el ceño y con tono molesto prosiguió.-Mi nombre es Dante y solo estaba de paso, así que, cálmate, ¿quieres?

Le revolvió el pelo a Deletier, quien se le quedó mirando extrañado, sentía una extraña calidez en el pecho que le resultaba nostálgica y tuvo ganas de coger aquella mano que lo estaba tranquilizando pero Dante la apartó rápidamente. Miró hacia otro lado algo sonrojado y se dio la vuelta, dándole la espalda al albino que se quedó con una mano alzada hacia el otro como si le estuviese gritando que se quedara. Lo siguió cuando se marchó del callejón pero al volver a la calle ya había desaparecido, giró la cabeza de un lado a otro buscándolo entre la multitud pero no había rastro de él. ¿A caso este encuentro solo había sido una de las muchas casualidades del destino?

-Dante-san...


-Si es que... este nieto mío, debería acordarse de él.-farfulló Tsukisoice ya bastante lejos del lugar donde había dejado a su suerte a su adorable "nieto".

-¿No crees que deberías haberlo ayudado?-le reprochó Lunrey algo mosqueado.

-Él sabe apañárselas solo, además... es posible que si yo ayudaba jamás se hubiera encontrado con Dante-chan~. Solo quiero dejar que las cosas ocurran como tengan que ocurrir, no soy quien para modificar tan a mi antojo el curso de la historia, ¿no crees?

El chico de cabello negro azulado ladeó la cabeza, en aquel momento se encontraba siendo abrazado por el peliblanco con un notorio sonrojo que se esforzaba por ocultar. Notó como el albino le olía el pelo como si fuera un perfume caro, aquello no hizo más que hacerlo sonrojarse más con solo sentir el leve roze de su rostro, a veces incluso sus mejillas llegaban a tocarse, lo que acentuaba el contacto del uno con el otro. El peliblanco no tardó en pasar del cabello al cuello, lamiéndolo como un gato lamiendo su pata.

-¿Qué d-demonios haces?-le preguntó el chico bastante avergonzado, aquello acabaría por matarlo de vergüenza.-Eres un salido...

-I'm sorry~ lo hice sin pensar~ la piel de Lun-kun es taaan suave que no pude resistir las ganas de saborearla.

No soltó a Lunrey, seguía abrazándole contra su pecho como si sintiera que en cualquier momento el chico desaparecería. Apoyó la cabeza del muchacho sobre su hombro y cerró los ojos mientras sonreía, ese era uno de los momentos preferidos del albino, cuando podía estar con él a pesar de saber lo que le esperaba al final.

-Me pregunto cuanto durará esto...-murmuró para sí melancólico.-Tarde o temprano, todo volverá a suceder otra vez...

-¿Wan? Tsuki-kun, estás murmurando cosas muy raras...

-¿Eh? Lo siento, no era mi intención asustarte, solo son... cosas de viejos.

Lo abrazó con más fuerza, quería que aquel momento durase para siempre y que ese calor lo acompañara fuera donde fuese, a pesar de todo...

...él sabía perfectamente que eso no podría ser así.

Extraño despertar

Para ser una ciudad tan grande y ruidosa, aún quedaban lugares hermosos y pacíficos que se podían visitar tranquilamente. Es por eso que aún quedan personas que prefieren vivir en los alrededores, en los límites de este lugar. Allí aún quedan rastros del verde dominante de la hierba y los árboles, se puede oir claramente el canto alegre de los pájaros y el silbido del viento al atardecer. Es por eso que muchas parejas y las almas melancólicas se reúnen allí para ver pasar el río que separa el exterior con la ciudad y es allí donde toda esta historia comenzó o tal vez donde deba terminar.

Una chica de cabello negro y ojos violetas caminaba junto a un chico rubio de ojos azules por el lugar mientras cargaban con unas bolsas, ambos reían y hablaban sin prestar atención a lo que los rodeaba hasta que de pronto la chica se paró en seco y miró hacia el río desde el puente. La vista era hermosa, el sol reflejándose en el agua y el bamboneo de la hierba a causa de la brisa daba una tremenda sensación de quietud, pero ella no miraba eso.

-Sai-kun, mira.-le dijo al chico, señalándole la orilla de las aguas tranquilas.

Ambos se acercaron hasta el lugar indicado, mirando con curiosidad aquello que habían encontrado al pasar solo por casualidad: una maleta de grandes dimensiones, de color marrón algo desgastada y manchada por culpa de la tierra y el agua. Ella miró el objeto con curiosidad, ladeando la cabeza mientras que él lo veía como algo... sospechoso.

-Hace poco estuvo lloviendo mucho, seguro que es de alguien que viajaba en coche en ese momento y se le cayó al río... Deberíamos llevarla a la policía para que pongan un anuncio para que sea de quien sea pueda reclamarla.

-Tienes razón, aunque también podríamos entregarla nosotros mismos.-le dijo la chica que, sin pensarlo dos veces, se dispuso a abrir la maleta.-Dentro debe haber algo con lo que podamos identificar a su dueño.

El joven iba a pararla pero no tuvo tiempo, ya la había habierto, mostrando su peculiar contenido. Ambos mostraron un rostro lleno de extrañeza, allí dentro no había ropa o objetos de valor, ni siquiera un miserable papel o algo similar. Lo que allí dentro había era un chico de cabello negro algo revuelto, completamente empapado por culpa del agua que se había filtrado y que estaba vestido de forma extraña. Iba descalzo, estaba aovillado de forma que cupiese sin ningún problema en su pequeña estancia y sus ojos completamente cerrados. Se empezaron a preguntar si estaría vivo o muerto, el moreno empezó a toser un poco, asustándolos. Ella acercó su mano a la frente de este y miró a su acompañante alarmada:

-Tiene fiebre, deberíamos ayudarle.

Y así fue como, por otra de las muchas casualidades del destino, empezó el gran final de esta triste historia.

When you call me
ring the bell that calls the angels
our souls will meet
in the place where the demons come.
We'll meet again
in your sleep without end.

3 comentarios:

  1. *-* Me encanta el capi!
    Dele me dio mieditu QvQ y Dante hizo magia borras (?) Ahora le ves, al segundo ya no (?) XD

    La escenita de Tsuki y Lun me encanto <3 Si esque son una parejita adorable~ Y que Tsuki no se preocupe òwó Lun le seguira incluso al baño (?) ok no xD Pero si que le seguira despues de todo es un canido (?) y los canidos les son fieles a sus amos -w-

    La escenita del misterioso chico de la maleta tambien me gusto xD ¿Porque sera que mis personajes nunca le tienen miedo o se asustan de las cosas mas raras? Pero que nadie se preocupe òwó Sai-kun va a cuidar al chico~

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  2. Me encantó el capítulo.
    Dele-kun es un encanto, amo su bipolaridad, estoy pensando en secuestrarlo.
    A saber donde se habrá ido Edelier, espero que no esté complaciendo a las fangirls (?)
    La escenita de Tsuki con Lunrey me hizo gracia, kami-sama es un perver xDD
    Y Dante es un estreñido fantasmote xDD

    Sigue con el fic, que mola owo

    Saludos :D

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  3. Y la escena del final me recordó a Kuroshitsuji. Espero que la maleta tuviese agujeros sino el muchacho no habría podido respirar xDU

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