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martes, 21 de diciembre de 2010

00:00:01~Chapter 02

Una vez que pruebas el sabor de la muerte... hasta las frutas más sabrosas saben a cenizas.

Cuando ves a la parca directamente a la cara... el mundo se vuelve gris.

Los sonidos se tejen como una telaraña y los olores ya no llegan a ti, el tiempo se ha parado y solo eres capaz de percibir el vacío que ha dejado tu existencia arrebatada. Deseas la muerte pero te arrepientes en el momento en el que llega, cuando pierdes algo preciado es cuando más quieres recuperarlo.

El pecado te lleva a la salvación
cuando todo acaba
y el odio te lleva a la compasión.


~Walking Diary + Chapter 02: Mirage~

Esa imagen al llegar a su antiguo hogar lo dejó boquiabierto.

Por mucho que odiase a Ume, no podía evitar sentir deseos de volver a su casa, al fin y al cabo era lo único a lo que podía llamar "hogar", pero toda esperanza de que cambiase su comportamiento frente a él había desaparecido. Ese hombre que tanto lo torturaba en vida se deshizo de él con tanta facilidad y lo sustituyó tan rápido como quien coge un pañuelo y lo tira para coger uno nuevo. Dio media vuelta y se marchó tal y como fue, sin mirar más atrás.

Le había dolido y mucho, más que nada que le hubieran hecho jamás. Lo había reemplazado, lo había abandonado y se había olvidado por completo de él después de tanto daño recibido. Se le nubló la vista y tuvo que parar, las lágrimas querían escaparse de sus ojos para liberar la opresión en su pecho. Negó varias veces con la cabeza para convencerse a sí mismo de que no valía la pena llorar por culpa de esa persona y que debía centrarse en encontrar esos dichosos fragmentos que tanto lo preocupaban. En ese momento volvieron a su cabeza algunas de las palabras que Mr.Night le había dicho, "aquello por lo que luchaste y siempre lo perdiste". Caviló unos segundos y creyó encontrarle significado a esas palabras sin sentido, quizás se estuviera refiriendo a la libertad. Siempre estuvo atado a "algo", cuando era pequeño al hospital y después a Ume. Ya era hora de "abrir" las alas, de ser algo a parte de "el hijo de" o "el paciente tal", ahora sería Less a secas, el chico de 19 años que quiere disfrutar de la vida el poco tiempo que le queda, el único Less de este mundo y que jamás habrá.

Se sentó en el borde de la acera de la calle intentando no molestar a los transeúntes que caminaban de un lado a otro a sus espaldas. Poco a poco, las calles estaban cada vez más vacías hasta no quedar mas que él y solamente él, se abrazó las rodillas al sentirse tan solo y murmuró un "otra vez yo" con voz ahogada.

-No estas solo.-dijo una voz a sus espaldas.

Se giró bruscamente descubriendo a un niño-o niña, no sabía a la perfección si era chico o chica-pequeño de unos siete años de edad y cabello rubio con dos mechones azules a la altura de las mejillas, sus grandes ojos verdes estaban ocultos tras unas grandes gafas redondas que resbalaban de su nariz con el mínimo movimiento y parecían demasiado grandes para él. Vestía una camisa blanca con un pequeño chaleco azul marino y una corbata morada, unos pantalones cortos de cuadros verdes, azules y negros, unos calcetines blancos hasta la rodilla y unos zapatos morados decorados con unas cruces plateadas, sobre todo esto llevaba un abrigo azul oscuro y blanco y un sombrero de copa de los mismos colores. Sonreía levemente sonrojado mientras ladeaba el rostro con los ojos cerrados, le acarició el pelo a Less como si no pasara nada e hizo una reverencia quitándose el sombrero.

-Mi nombre es Nir Vanna, the Winter Cherryblossom, es un placer conocerte Takara Less.

-Encantado pero... ¿cómo sabes mi nombre, renacuajo?

-Lo sé porque yo lo sé todo.-dijo mientras se llevaba el dedo índice a los labios y volvía a sonreír.-Soy tu Mirage personal, aquí estoy para complacer tus caprichos y aceptar tus servicios...

No pudo soltar más que una exclamación, había malpensado de aquellas palabras. Nir rió ante la actitud del moreno y le pellizcó la mejilla con delicadeza, pues el pequeño no era tan fuerte como para hacerle daño. El pequeño se había puesto colorado de que el mayor pensara esas cosas de alguien como él.

-No e-es lo que piensas... no sabía que fueras un pervertido Less-sama.-dijo mientras escondía el rostro tras el sombrero.

-¡N-no soy un pervertido! Y no me llames Less-sama... solo llámame Less, ¿y qué es un Mirage?

-No puedo decírtelo aún, tendrás que averiguarlo. Solo te diré que puedo cumplir cualquier deseo... o no cualquiera... ¿o si?... ¡Bueno que-que más dará! Solo pídemelo y y-yo lo haré, Less-kun. También puedo cambiar de aspecto si lo deseas...

-¿Puedes cambiar de aspecto? Demuéstramelo, venga.

El rubio se quitó el sombrero para hacer aparecer una cola y unas orejas de gato que empezó a mover como si fueran parte de su cuerpo de toda la vida. Eso impresionó a Less pero, como cabezota que era, no iba a dar su brazo a torcer así que le dijo que aquello no era suficiente. El pequeño pensó y pensó hasta que algo al fin se le ocurrió, le tapó los ojos a Less para destapárselos al cabo de unos minutos. El pelinegro abrió mucho los ojos, completamente rojo ante lo que sus ojos observaban: ese no era Nir, sino su hermano Edelier vestido de enfermera con gafas. Estaba delante de él a cuatro patas, con su rostro sonrojado y mirada suplicante, estaba tan cerca que sentía su respiración en la cara y en el cuello.

-Onii-chan... por favor... no me mires así... me da vergüenza...

-¡Vale vale! ¡T-te creo!

El pequeño volvió a su forma original y escondió su rostro tras el sombrero mientras se reía de la cara de Less. Estaba realmente gracioso, completamente rojo y parecía que en cualquier momento echaría humo por las orejas, le dio un golpecito con el sombrero y este pareció reaccionar. Se pusieron a hablar un buen rato hasta que este le dijo que se marcharía, solo tenía que llamarlo si quería algo y que estaría bien, al fin y al cabo, él solo podía ser visto por Less y por nadie más, por lo que podía vigilarlo y ayudarle cuando lo necesitara sin que nadie lo supiera. Le entregó un sobre que ponía "welcome" y se marchó por la calle, cuando el moreno quiso darse cuenta, la gente empezaba a ir y venir por toda la acera. Se quedó allí, sentado en el duro cemento de la calzada y con aquel sobre en las manos, sin tener ni idea que hacer con él. Lo abrió y dentro se encontró con unas llaves que tenían un llavero con una dirección y un fajo de billetes nuevos y sin estrenar. ¡Era demasiado dinero! Por su mente empezaron a pasarse un montón de ideas extrañas sobre los métodos por los que aquel dinero podía haber sido obtenido... Agitó la cabeza para desechar todo aquello y se levantó, dispuesto a ir a la dirección de las llaves.

Cuando iba tan tranquilo, dispuesto a ver que se ocultaba tras esas llaves, sintió como alguien le agarraba del brazo, era un hombre que ya rondaría los cincuenta y tantos que lo miraba con una sonrisa perversa en el rostro y claros signos de estar borracho. Apestaba a alcohol y su traje de empresario estaba desaliñado, claramente había pasado la noche de juerga y ahora intentaba seguir con la fiesta.

-Oye, ¿cuánto cobras por echar un polvillo guapa?

-¿¡Pero qué-!? ¡Soy un hombre! ¡Un hooooombre! ¡Sexo masculino, varón, lo que sea!-le gritó el moreno que intentaba zafarse del agarre del borracho sin resultados.-¡Y no soy una fulana!

-Oye que eso se puede arreglar, anda ven conmigo, te pagaré bien.-insistió el otro.-Seré bueno.

-Disculpe señor, pero creo que no es no.-dijo la voz de un chico a la espalda de Less, que lo apartó de aquel hombre.

El viejo refunfuñó y tuvo que marcharse con las ganas, el pelinegro giro lentamente la cabeza para ver a quien le había quitado ese peso de encima. Encontró a un chico rubio de unos profundos ojos azul claro que le dedicaba una sonrisa a la vez que le preguntaba si estaba bien, sintió como le subía la sangre a las mejillas y estas ardían mientras asentía muchas veces con la cabeza para quedarse en una posición parecida a una reverencia japonesa. El rubio rió con una risa tintineante, que al muchacho de pelo negro le pareció melódica y le hizo hacer pucheros, dándole un aspecto lindo e infantil.

-Me llamo Sairon Aoi, ¿cómo te llamas?

-¿Huh? Yo... me llamo Less, encantado de conocerte Sairon-kun.

-¿Qué hacias con ese hombre? Solo si no es molestia, si es un tema delicado o es trabajo...

-¿¡Huh!? ¡No no!-negó el moreno con la cabeza rápidamente mientras un sonrojo mayor se dibujaba en su rostro.-S-solo se confundió... de persona... a la que preguntarle... e-eso...

Sairon volvió a reír, le hacían gracia las reacciones exageradas del otro. No tardó en fijarse en la forma de vestir de este, parecía recién salido de una batidora o quien sabe de donde. Se podría decir que aquella ropa rasgada no dejaba mucho a la imaginación, enseñaba mucho la piel pálida del moreno y esta casi relucía bajo la luz del día, casi reclamando a las imágenes eróticas de cualquiera que lo contemplara por tan solo un par de segundos. Por poco se le podía ver delante de uno con una expresión suplicante y emitiendo tiernos gemidos rogando por que le dieran amor... El rubio agitó la cabeza varias veces, ¿¡qué narices le habían dado de desayunar aquella mañana para delirar de esa manera!? Less pareció darse cuenta de lo que le pasaba por la cabeza y lo miraba sorprendido, si fuese un dibujo animado se habría puesto azul y todo.

-¡No es lo que piensas, pervertido!-Se disculpó Sairon.-Pero deberías cambiarte de ropa o la gente te confundirá con...

- ...una fulana.-Terminó Less la frase.

Ambos se marcharon en una dirección distinta, despidiéndose así. Ninguno de los dos se percató que estaban siendo observados desde el tejado de un edificio no muy lejos de allí por dos sujetos peliblancos.

-¡Nyahahaha! Si es que la abuelita ya lo sabía~ los encantos de la familia son certeros.

Uno de ellos era el vagabundo Mr.Night, que jugueteaba con unos prismáticos en la mano y movía la cola alegremente como si aquello fuera un simple juego. A su lado estaba Edelier, que lo miraba con la vergüenza ajena pintada en la cara, estaba sentado sobre su guadaña y vestía un gran abrigo negro con muchas cintas y con las mangas largas y muy anchas. Una ráfaga de viento esparció los cabellos blancos de ambos y mostró un brillo perverso bajo las sombras que cubrían el rostro de Mr.Night.

-Noto un aroma raro...-comentó Edelier con gran seriedad en la voz.

-Yo no fui~ no soy tan cochino.

El menor le proporcionó un buen puñetazo por la espalda que hizo quejarse al vagabundo como si fuera un anciano, sin dejar de decir "¿cómo puedes tratar así a tu pobre abuelita?". Lo miró molesto y cogió los prismáticos para seguir viendo como Less se marchaba cada vez más.

-En serio, es algo muy raro. No huele como el resto de los humanos, es más... embriagante.

-Tal vez sea porque es un mestizo y no un humano normal.-Pensó en voz alta el mayor.-Dicen que la sangre de un mestizo de ángel y humano puede atraer hasta a los demonios, huele distinto y sabe muy diferente. Tienes un gran olfato, inu-chan.

-Cuando has sido mordido por una vampiresa hueles hasta lo inoloro...-Dijo el menor mientras seguía observando a través de las lentes.-No creo que sea eso precisamente... aquí hay gato encerrado. Aún así, hay que evitar que ellos le encuentren de nuevo, tiene que conseguir los tres fragmentos y tal vez así descubramos el porque de todo esto...

-Siempre una historia se oculta tras otra, Edelier. Sé paciente y espera a que su historia continúe.

-Sí, tienes razón.

Edelier guardó los prismáticos e hizo desaparecer su guadaña, ambos individuos se perdieron entre las sombras que se formaban por culpa del resto de edificios.

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miércoles, 8 de diciembre de 2010

00:00:01~Chapter 01

Aquella sensación...

Aquel olor...

Aquel sonido...

Todo me parecía tan frío... y dulce a la vez. Cuando abrí mis ojos por "primera" vez... todo era ya distinto.

El dolor se desvanece en un dulce aroma,
la vainilla tapa la herida
y el miedo la sella con un beso.

~Walking Diary + chapter 01: Rebirth~

Todo a su alrededor resultaba confuso, estaba desorientado y respiraba con dificultad. Notaba el aire frío chocando contra su piel y a su alrededor el tacto duro y áspero de algunos objetos, bajo su cuerpo el suelo estaba húmedo y era pastoso. Una gota cayó justo en mitad de su frente y le obligó a cerrar de golpe los ojos, volvió a intentar abrirlos del todo. Intentó tomar aire pero... era una sensación tan extraña, era como si no hubiese aire que respirar. Una sensación de vacío tan aplastante que se desesperó e intentó tomar una bocanada del puro oxígeno, fallando una vez más. Se sentía asfixiado y no podía gritar tanto como quería, al no respirar no corría el aire que produjese el sonido por sus cuerdas vocales. Se llevó las manos al cuello y recordó lo que minutos ¿o tal vez horas antes había ocurrido? Aquella bestia de cabello castaño se había colocado sobre él y había colocado las manos alrededor de su cuello cada vez más ajustado, apretando más y más fuerte, llevándose a cada segundo la tan preciada respiración del muchacho hasta que finalmente sucumbió ante los brazos de la muerte.

-No lo intentes chico, aquí ya no hay aire.

Dirigió la mirada al lugar de donde provenía aquella voz. Allí estaba, de pie con una sonrisa entre lasciva y misteriosa, un individuo la mar de extravagante. Vestía una túnica vaporosa algo desgastada y con la cual se cubría la cabeza y dejaba que unos finos cabellos blanco platino tapasen sus ojos, tenía unos pantalones de color negro que dejaban salir una cola de pantera que se movía de un lado a otro de forma juguetona. Consiguió levantarse lo suficiente como para sentarse en el suelo y contemplar mejor al individuo, pero al moverse le dolía todo a horrores y volvió a llevarse las manos al cuello al intentar respirar. El extraño sujeto se acercó a él y le propinó un fuerte golpe en la espalda que lo hizo toser bruscamente.

-No te esfuerces, acabas de nacer y aún tienes que aprender muchas cosas.

-¿Na...cer...?-preguntó el joven, aún desorientado y con voz ronca.-Pero...si tengo... 19 años...

-Si y no.-respondió el peliblanco.-Tienes y no los tienes a la vez, pequeño.

Aquel misterioso hombre le tendió una mano para ayudarle que no dudó en aceptar y lo condujo a través de la noche por unas callejuelas en las que había personas contadas, durmiendo en el frío suelo o sentadas al lado de una pequeña fogata. No parecían tener hogar y sus vestimentas no eran tan peculiares como las del albino pero si resultaban llamativas por lo viejas y desgastadas que estaban. Pasaron por delante de un edificio en el que dos niñas, una aparentaba unos 13 mientras que la otra a penas tendría 6, estaban abrazadas para no sucumbir al frío y los miraban de reojo al pasar. ¿De verdad había tanta miseria en aquella ciudad? No tardaron en llegar a su destino, una caseta abandonada y algo vieja, delante la cual un pequeño número de gente se agrupaba en torno a una hoguera. Ambos se sentaron junto a los demás pero manteniendo una cierta distancia dentro de lo posible, el muchacho se calentó las manos e hizo un intento de entrar en calor, ya que sus ropas seguían rotas y eran muy escotadas.

-¿Cuál es tu nombre, chiquillo abandonado?

-Takara...Less...-respondió el chico sin quitar la vista del fuego, sus ojos tirquesa claro eran más opacos y tenía la mirada perdida en las chispas.

-Less, ¿eh? Curioso nombre, encima muy joven con solo 19 años, que desperdicio de mundo.

Less ladeó la cabeza, no entendía las palabras de aquel individuo.

-Debería darte la bienvenida a Phantom City, la ciudad de los Caminantes Olvidados. Mi nombre, como ya está perdido en el olvido, no puedo decírtelo pero puedes llamarme Mr.Night como suelen decirme por aquí.

El pelinegro de ojos turquesa repitió las palabras "Phantom City" y "Caminantes Olvidados" en señal de que seguía sin entender. Le fue explicando poco a poco que aquella ciudad era la misma en la que había vivido desde siempre, solo que estaba habitada por otro tipo de gente. Todos lo que habitaban Phantom City se les conocía como Caminantes Olvidados porque no habían podido encontrar los fragmentos de su vida que necesitaban para convertirse en ángeles o en demonios y, por lo tanto, al ser incompletos su destino era deambular por la ciudad fantasma por toda la eternidad. Lo peor de todo, es que podían ser vistos por personas, ángeles o demonios, pero al cabo de un tiempo todo lo relacionado con ellos acaba siendo olvidado, incluso por aquellos seres que dejaron atrás en vida. Less se abrazó las piernas y escondió el rostro, empezó a llorar en silencio. Mr.Night lo miró y colocó una mano sobre su hombro para intentar animarlo como pudo pero sabía que todas sus antiguas esperanzas de tener lo que nunca tuvo se habían desvanecido.

-Aún no estás perdido, Takara-kun.-le intentó animar el vagabundo.-Mira tu reloj.

Miró el reloj que llevaba en su muñeca, viendo que no marcaba una hora normal sino que tenía una cuenta atrás que se acababa de iniciar hacía no mucho. Abrió los ojos boquiabierto, ¿qué significaba eso? ¿Le estarían dando otra oportunidad? Dentro de él se despertó otra vez la chispa de la esperanza, sus ilusiones volvían a brotar de su corazón como una fuente.

-Tienes tres meses para conseguir tres fragmentos que nunca has tenido en tu vida anterior, cuando el tiempo acabe y no lo hayas conseguido, yo mismo te arrastraré hasta Phantom City, pero si lo consigues... volverás a ser un humano como solías ser antes. Lo que debes conseguir es:
  • Lo que siempre deseaste y que nunca te dieron.
  • Aquello por lo que luchaste y siempre lo perdiste.
  • La razón por la cual tu sigues en el mundo.
Las palabras del misterioso Mr.Night sonaban como campanas celestiales para Less que, a pesar de no entender nada, lo miró con sorpresa y simplemente asintió. El albino sonrió y, con un su toque refinado, se tumbó en el suelo y empezó a mover la cola de un lado a otro. Less lo observó detenidamente, aguantándose la risa ya que le costaba emitir algunos sonidos. Miró al cielo con una amplia sonrisa, la imagen de alguien muy especial para él le vino a la memoria provocándole una sensación tan cálida en el pecho que fue capaz de vencer al frío del lugar. Apoyó la cabeza en las rodillas aún sonriendo y cerró los ojos, sin percatarse de que sus mejillas empezaban a teñirse de rojo y murmurando algo que nadie pudo oír. Cuando el vagabundo se levantó para decirle algo más él ya se había quedado profundamente dormido, le revolvió el pelo y rió levemente al pensar como podía dormir en semejante postura.

-Si es que se parecen y todo.

En ese mismo momento Deletier estornudó, preguntándose quien sería el que estuviera hablando de él en ese momento. Miró su reloj, eran las 2 de la mañana y no conseguía conciliar el sueño, quizás aquella noche no dormiría absolutamente nada como la anterior. Todo era por culpa de esa maldita pesadilla que lo atormentaba desde hacía ya tiempo atrás y de la que no podía escaparse de ninguna manera como si fuera una misión imposible. Se levantó de la cama y salió de su habitación, había alquilado un pequeño piso mientras estuviera en el mundo de los humanos, le gustaba bastante estar allí. Caminó por el pequeño pasillo hasta llegar a la pequeña cocina de paredes color gris azulado y sacar del frigorífico un bote de tamaño considerable de helado. Se sentó en la encimera de piedra negra y comenzó a devorarlo con una cucharilla mientras movía las piernas como un niño pataleando el agua mientras está sentado en la orilla de la piscina. Miró de nuevo su reloj, solo habían pasado 13 minutos desde que se había levantado, terminó el helado y lo tiró a la basura para volver a encaminarse hasta su habitación. Pero se equivocó de puerta en el pasillo, aún no se acostumbraba al lugar y menos a esas horas. Se metió tres o cuatro veces al baño y otras tres o cuatro veces se fue al salón y a la cocina, siempre andando en círculos. Acabó por descartar las tres primeras puertas y dirigirse a las otras dos, escogiendo primero la de la derecha.

Pero también se equivocó, había entrado en el cuarto para invitados donde descansaba ahora su amigo Kie que se había quedado dormido en el salón y había dejado que se quedara a dormir allí. Sin darse cuenta de ello, se metió en la cama y se tapó con las mantas como hacía normalmente. Sintió algo caliente a su lado y se giró, encontrándose a su compañero en ropa interior y profundamente dormido hecho un ovillo. Por poco pegó un chillido pero se tapó la boca para no despertarlo o sino estaría en problemas, seguramente se enfadase por colarse en su cama y encima encontrarlo de esa forma... ¿cómo rayos hizo? Él recordaba haberlo metido con ropa y todo y después taparlo, "se habrá desnudado dormido" pensó el peliblanco mientras daba un suspiro, sin percatarse de que le comenzaba a entrar sueño. Se dejó caer al dulce abrazo de Morfeo sin darse cuenta mientras rodeaba a su compañero con los brazos como a un peluche.

-¿¡Pero qué...!?

A la mañana siguiente, la cara de Kie se había teñido de un intenso color rojo al sentir la compañía intrusa tan cerca de él. Consiguió apartarlo a duras penas pero se puso aún más rojo al ver la perspectiva en la que el chico había quedado: la camiseta se había bajado dejando ver un hombro y parte de la clavícula del peliblanco y exponiendo su cremosa piel pálida que incitaba a ser mordida como una fruta madura, el pantalón y su ropa interior estaban ladeados de tal manera que si tiraban un poco de ellos fácilmente lo podrían desnudar y su rostro mostraba una expresión tan tierna ayudada por el pelo revuelto y rebelde que se colaba dándole un aspecto más deseable. Las mejillas sonrosadas destacaban tanto como los labios carnosos, arqueados ligeramente y entreabiertos para dejar entrar al aire. El pelinegro se sintió tentado a propinarle una colleja pero en el fondo no quería romper esa tierna imagen, ¡maldito conejo pervertido! "Es un pervertido hasta cuando duerme, ¡no tiene remedio!" pensó mientras sentía que le salía humo por las orejas. Le propinó un mordisco pero eso solo provocó que hiciera un sonido bastante tierno, poniendo más rojo al moreno si eso era posible. Deletier se levantó al fin tras un par de mordiscos más y aún así medio adormilado, miró a Kie un par de segundos y luego lo saludó con un "buenos días" con voz somnolienta y rascándose un ojo.

-¡NYAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!-exclamó el moreno ya tan rojo como un semáforo.

Le mordió tanto que el albino acabó peor que un queso Grullere, acababa de aprender una gran lección: no volvería a colarse en la cama de Kie sin permiso. Mientras tanto, Less también estaba despertándose de su sueño reparador. Se estiró y bostezó sin importarle si había alguien a su alrededor. Se percató de que la caseta estaba vacía y lo mismo ocurría fuera, era como si nadie hubiera estado allí nunca. Le pareció extraño sabiendo que era el único cobijo de los Caminates. Echó a andar por la ciudad abarrotada, la gente iba y venía con grandes bolsas o maletines, algunos chicos pasaban con sus mochilas al hombro y los niños se pegaban a sus madres mientras miraban a Less. Por lo visto ya no estaba en Phantom City... y la gente podía verle con ese atuendo tan vergonzoso...Su cara no tardó en enrojecer hasta casi echar humo, sintió como la sangre le subió rápidamente a las mejillas y seguía hasta las orejas. Tenía que hacer algo y rápido, no podía dejar que nadie lo viese así, como si fuera "una fulana barata que cobra poco por hacer cosas indebidas" o al menos eso es lo que siempre le decía Ume cada vez que se olvidaba de cambiarse. ¡Eso era! Iría hasta su viejo hogar a recoger algo de ropa mientras Ume estuviera fuera de casa y se marcharía antes de que lo viese. Corrió en dirección a la casa vieja donde vivía antes chocándose con un par de hombres de negocio y señoras encapotadas en capas y capas de maquillaje y en sus abrigos de piel que paseaban a sus mascotas. Cuando llegó allí en el fondo una sensación de nostalgia le recorrió el pecho, puede que en el fondo ese lugar lo considerase como su "hogar", pero la sensación se marchó tal y como vino al contemplar desde la ventana la triste realidad.

Tras el cristal estaba Ume y un chico de cabello anaranjado, casi rubio. Aquello para Less no significaba otra cosa más que lo había sustituido.

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martes, 7 de diciembre de 2010

Personajes que saldrán próximamente~

Me apetecía hacer una breve introducción a los personajes que saldrán en el fic para que la gente no se haga mucho lío x3 pero ojo, que solo diré de los que ya salieron en Kurotenshi y si pongo alguno nuevo será poca la información que dé. Empezamos pues con esta mini-presentación òwo.

El primero es el prota, Takara Less.

Tiene 19 años, su grupo sanguíneo es AB- y su cumpleaños es el 27 de diciembre. Le gustan los pockys, las palomitas y cualquier chuchería o pastelito que le des, ya que en el fondo es como un niño en cuanto a gustos. Su animal representante es un pollito y su color preferido es el verde oscuro. Es una persona complicada, ya que su humor varía mucho. Por lo general suele ser algo tristón y cuando quiere tiene su lado tímido (por lo general cuando se trata de cosas comprometidas con gente que conoce poco o que para él tiene un significado especial), pero a veces puede llegar a ser borde e inexpresivo. Al principio se muestra como el "ayudante" e hijo de Ume pero cuando conoce más a fondo a Marai se rebela contra él. Desde pequeño ha soñado con algo como el cuento de Cenicienta (uhm... sospechoso xD) y al principio creyó que Ume era su "príncipe salvador" hasta que descubrió en el alguien peor que la madrastra. Por el resto de detalles es un chico normal pero que parece no tener ningún gusto por hombres o mujeres definido ya que según él "le aborrecen tanto unos como otros".


El siguiente en la lista es el tan odiado Takara Ume.

Nadie sabe la edad que tiene o su cumpleaños, ni siquiera el mismo Less lo sabe, aunque él dice que es el 1 de abril no le cree. Su grupo sanguíneo es B+ y tiene un gusto por la comida picante que supera lo inhumano. Adora lo relacionado con el sadismo y su hobbie es molestar a la gente, sobretodo a Less. Le gusta hacer experimentos con seres que considera "fuera de lo normal" y ha llegado hasta tal punto de inducirse un coma para llegar al Reino Celestial, donde realizó los famosos experimentos de los Doppelgängers. Adoptó a Less para comprobar que ocurría cuando una humana y un ángel tenían un hijo, conociendo así muchas cosas de la especie hasta que Less dejó de serle útil. Tiene tendencia por los chicos rebeldes y se sabe que también le gustan las chicas que parecen ingenuas y frágiles.


Seguimos con el personaje "estrella" pero que sin embargo en el fic es un completo misterio ya que nunca dice su nombre y se le conoce como vagabundo o Mr.Night.

Es un completo misterio, solo se sabe que tiene un control de los hechos sobrenatural y que puede ver lo que ocurre con solo escribirlo en su libro que, justamente, lleva el nombre de la historia. Se podría decir que es el narrador de todo y que lo sabe todo. Tiene una extraña cola de pantera y habita en la Ciudad Fantasma, hogar de los Caminantes Olvidados que ya se verá en el fic quienes o que son.

Los siguientes son los gemelos Edelier y Deletier.

Tienen 15 años, su cumpleaños es el 27 de julio y su grupo sanguíneo es AB-. El animal representante de Edelier es el perro y el de Deletier es el conejo, origen de su característico mote de "usagi" que sería conejo en japonés. Parecen el Yin y el Yang o la noche y el día, ya que Edelier es de carácter fuerte y decidido mientras que Deletier es bastante frágil e indeciso. Sin embargo, ambos tienen su otra cara ya que por una parte uno es más vergonzoso y el otro su vergüenza quedó en el fondo del baúl de los recuerdos (?). A veces pueden llegar a pelearse mucho entre ellos pero también pueden llevarse demasiado bien como si no existiera peleas entre ellos. Edelier está completamente enamorado de Marai y bajó del cielo haciendo un contrato con Anastasia solo por salvarla. Deletier se sabe que tiene pareja pero que esta se quedó en el cielo cuando bajó para ayudar a su hermano y para hacer el contrato con Kie.



Seeeeguimos, el siguiende es Lunrey Wisei.

Tiene 25 años pero se desconoce tanto la fecha de su cumpleaños como su grupo sanguíneo. Su animal representante es un lobo y le gustan los animales, sobretodo los lobos y los perros, las cerezas y los olores suaves. Tiende a enfadarse fácilmente y es pasota y contestón, en el fondo no es mal chico y es muy enamoradizo, parece tener relación con el misterioso y extravagante vagabundo sin nombre.


Proseguimos con Sairon Aoi.

Tiene 19 años, no se sabe su cumpleaños y su grupo sanguíneo es O-. Le gustan las chicas, las cosas monas y los dulces, sobretodo las nubes de gominola. Es alegre, sociable, cariñoso, un buen chico pero puede ser bipolar... (como todo colega vampiro es el conde Sairon (?)). Tiene una relación sospechosa con el prota (malpensad malpensad siiii >:D).


Por último y no menos importante, está Nir Vanna, the Winter Cherryblossom.

Es un chiquillo que apenas aparenta 7 años, pero que dice tener más. Su cumpleaños es el 1 de noviembre y su grupo sanguíneo es desconocido. Le gusta todo lo que puede gustarle a los niños y dice que el sabor del licor de arándanos es lo mejor de lo mejor, pero nunca se le ha visto bebiendo. Suele ser un chico algo tímido e indeciso, pero que siempre sonríe y se mantiene alegre. Puede mostrarse serio si algo no le agrada o si la situación lo requiere. Solamente Less puede verlo por lo que aprovecha esto para molestarle y tiene una extraña relación con él y con el vagabundo...


Y eso es todo por ahora, pronto os traeré el primer capi~
matta ne!!

lunes, 6 de diciembre de 2010

Segundo proyecto~

Ya que el otro mini-fanfic acabó, he pensado hacer como una saga y el siguiente proyecto tendrá el lugar 1.5 . ¿Por que 1.5? Porque servirá de enlace para la primera y segunda parte~ por eso mismo owo.

Titulo: 00:00:01

Género: intriga, horror, sobrenatural, drama, comedia, romance, yaoi.

Advertencias: puede que haya escenas que no le gusten a personas que no soportan el yaoi (como menciones a escenas BDSM o R18), por lo cual, SI NO SOPORTAS EL BL NO LO LEAS.

Argumento: tras los sucesos ocurridos en Kurotenshi, Less despierta de nuevo en un extraño lugar para percatarse que su reloj tenía una cuenta atrás y un extravagante individuo le ofrece la mano para llevarlo consigo a un "nuevo destino". Desde entonces, Less tendrá que buscar tres fragmentos de su vida que nunca pudo conseguir para no convertirse en un "caminante olvidado" antes de tres meses a las 00:00:01.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Kurotenshi: Death Trough Edge~Cap.6

Deletier se quedó de pie como una triste estatua mientras contemplaba el cuerpo inerte de Miyuri en el suelo, brotando la sangre como una fuente de muerte y con el olor a dolor en el aire. Unas pequeñas lágrimas de cristal se derramaron por sus pálidas mejillas salpicadas de lo que en un par de segundos antes corría por las venas del humano. Se giró hacia su compañero Kie, que los observaba con los ojos muy abiertos y sin poder moverse. Intentó acercarse a él pero retrocedió, entonces bajó la cabeza y soltó su arma para llevarse las manos a la cara. Edelier no dijo nada, solamente se mantuvo frío e impasible ante el comportamiento de su hermano mientras le hacía un gesto a Anastasia. De pronto, la niña juntó sus manos y comenzó a cantar una melodía sin letra que parecía llenar todo el espacio vacío que los rodeaba a todos, que empezaba a llevarse las penas y el dolor de los fallecidos, haciendo que los presentes pudieran ver por unos momentos los sentimientos y los recuerdos más felices de ambos. Los cuerpos de ambos comenzaron a deshacerse en millones de cristales de arena negra que al alzarse sobre el cielo se transformaron en mariposas, bellas mariposas negras que volaban juntas por el cielo como si todo aquello les perteneciese.

Sin embargo, Deletier no pudo soportarlo y se llevó las manos a la cabeza para echar en un tremendo alarido toda la presión que llevaba consigo.

Step Six ~ epilogue to the fate of the six

Desde un principio, el peliblanco nunca quiso ayudar a su hermano a matar a Kana y a Miyuri.

Él había intentado convencerlo de que aquello solo traería más dolor y que era innecesario, pues no hacía falta de que al ir a buscar a "esa persona" tuvieran que encontrarse los doppelgänger con sus respectivos iguales. Pero él no escuchaba, se dejaba llevar por la ira y no respondía a otra cosa que no fuera a golpe seco, le habían arrebatado lo más amado para él. Deletier, como buen chico que era, no rechistó y obedeció. Sabía que se iba a arrepentir de ello pero ¿qué más daba? Estaba hecho para recibir órdenes...

Edelier no había pensado en eso hasta ahora y se empezaba a arrepentir de no haberle hecho caso. Se acercó hasta su gemelo para abrazarlo como si fuera un niño pequeño que necesitara del amor de su madre tras una pesadilla. El menor correspondió el abrazo mientras intentaba serenarse hasta que lo consiguió. Anastasia observaba sin entender absolutamente nada y optó por sentarse en las sombras a la espera de que todo lo que tuviera que ocurrir pasase y pudiera marcharse en paz a un lugar donde estuviera alejada del "fuego". Miró al cielo, las mariposas ya no estaban. En aquel instante una sombría sonrisa se dibujó en sus labios para desaparecer fugazmente, hizo aparecer una máscara de gato para cubrir su rostro con ella.

-Solo espero... que la destrucción del fuego no se haya llevado ya a la muñeca...-murmuró mientras los ojos de la careta relucían levemente.

Deletier se apartó de su hermano con un "estoy bien, no necesito que te preocupes" y se giró a su compañero, que seguía inmóvil en una posición de ataque. Comprendió allí que tendría que luchar contra él para que lo escuchase, sacó unas agujas de sus bolsillos y lo miró fijamente.

-No hay necesidad de llegar a algo así, Kie-kun...

-¡No me vengas con esas ahora!-exclamó el otro mientras se lanzaba a atacarlo con una daga en la mano que seguramente llevaría guardada.

Era muy rápido y el albino no podía distraerse con semejante velocidad por muy bueno que fuera esquivando. Calculó los puntos donde podría clavarle las agujas y paralizarlo, se quedó quieto un instante de forma que el pelinegro casi se chocara contra él y lo impulsó hacia atrás de una fuerte patada en el estómago al más puro estilo kárate o kung fu, como en las películas. El golpe lo dejó aturdido y el peliblanco aprovechó esa oportunidad para lanzarle las agujas al brazo, la pierna y en el costado. Sin embargo, volvió a levantarse. Deletier se sorprendió, no esperaba que fuera tan testarudo como para seguir peleando aunque lo hubiesen herido de aquella manera y por cada golpe que le diera a partir de allí lo harían sentirse peor. Por un momento se despistó y se apoyó mal sobre el pie izquierdo, provocando que al evadir la emboscada de Kie se tropezase y cayese de espaldas al suelo. Se quedó quieto, completamente quieto, como un cadáver. Edelier, que no había intervenido hasta ese momento, lanzó su guadaña para parar al moreno antes de que hiriese gravemente a su hermano. La guadaña aterrizó a pocos metros de este, haciendo que se parase en seco. Deletier se reincorporó con dificultad y se hizo a un lado del arma de su hermano.

-No te metas, Ede. Puedo yo solo...

-No pararé... ¡pienso seguir si hace falta hasta morir!-gritó el moreno antes de toser un poco y mirar fijamente a su oponente.

-Por favor... no sigas...

Kie volvió a lanzarse contra Deletier pero... este ya no se movió, calculó mal y no pudo apartarse a tiempo, le había clavado la daga en el estómago. Las manos del moreno temblaban, abrió los ojos como platos y pareciese que las palabras no pudieran salir de su boca al ver como el albino sonreía con esa mirada tan triste mientras un hilo de sangre salía de su boca. Apoyó la cabeza en el hombro de su compañero aún sonriendo y le acarició el rostro con una mano levemente manchada sin darse cuenta para intentar calmarlo.

-Lo siento... no quiero luchar contra ti... no debí haberte metido en esto... espero que puedas perdonarme...

-Pero... ¿por que no te apartaste? Ahora... por mi culpa... estas...estas...

-Se me pasará... después de todo... no soy humano, ¿recuerdas?... Sabía que solo pararías de esta forma...y que así... no tendría que seguir haciéndote daño...- hizo una pausa para toser fuertemente y echar bastante de ese líquido escarlata.-En el poco tiempo que pasé...en este mundo... has sido lo más parecido a un amigo... que he tenido... me he sentido muy feliz... de tener a alguien así otra vez... en mucho tiempo...

Agarró las manos de su compañero para sacar la daga y se tuvo que apoyar en él, le dolía mucho a pesar de que la herida se empezara a sanar sola. El peliblanco no podía ya mantenerse más en pie y dejó caer el peso muerto de su cuerpo sobre Kie, provocando que casi se cayera al suelo y tuviera que sentarse. La herida ya casi había desaparecido cuando este murmuró un "gracias".

-¿Por que me lo agradeces?... ¡S-si te hice daño! Idiota... no te entiendo...

-Estas aquí... a pesar de lo que hice... por eso... te lo agradezco... te doy las gracias por estar conmigo...

Cuando lo que quedó de aquella herida fue una pequeña cicatriz, el peliblanco se quedó profundamente dormido a causa de la pérdida de sangre y puede que también tuviese algo que ver la cantidad de alcohol que había bebido antes de acudir a la llamada de su hermano. Quien sabe, los misterios y razones que unen los sucesos de nuestras vidas son tan infinitos y caprichosos que quizás todo haya influenciado a Deletier a dormir en aquel instante. Pero después de aquel suceso, Kie y Dele no se habían despedido aún. Dele le había ayudado a curarse las heridas y Kie le regañaba por esforzarse a pesar de que aún le doliese, se podría decir que eran como dos hermanos regañándose mutuamente después de haberse caído ambos.

Mientras tanto, Edelier y Anastasia rastreaban la ciudad aún en busca de cierta persona tan querida para él. Pero el encuentro no ocurrió hasta una fría mañana en la que el joven estaba sentado en un chirriante columpio algo desgastado de un parque vacío, miraba al suelo entristecido por no encontrarla hasta que unas delicadas manos taparon su rostro. Cuando una dulce voz pronunció las palabras "¿quién soy?" el rostro de Edelier pareció iluminarse por completo, se giró para contemplar a una chica de cabello negro hasta los hombros y unos grandes y brillantes ojos azul oscuro que estaban llenos de lágrimas mientras sus finos y sonrosados labios se arqueaban formando la más tierna de las sonrisas. Se levantó y la abrazó con fuerza mientras ella se aferraba a él como si en cualquier momento una fuerza la fuera a alejar de él otra vez. Entonces, el joven la miró a los ojos y le dio un beso cálido, contagiándose del dulce de los labios de su amada y dejándose llevar por su felicidad de haberla encontrado otra vez.

-Marai... estas bien... al fin te he encontrado...

-Más bien te he encontrado yo a ti.-dijo ella volviéndole a sonreir.

Y volvio a depositar otro suave beso en los labios del albino mientras rodeaba su cuello con los brazos y disfrutaba de la calidez que desprendía en aquel momento.

Pero como todas las historias, siempre habrá algo que se oculte tras la máscara de lo hermoso.

Ume, cuando comprobó que la chica había conseguido escapar, se molestó tanto que de casualidad no tiró de la mesa en la que estaban todas las pantallas de televisión que tenía. Less estaba sentado en un rincón abrazándose a sí mismo mientras él le gritaba y daba vueltas por la habitación como un león enjaulado. Todo mueble que se encontraba a su camino era golpeado o destrozado a base de patadas o puñetazos. Se armó tal alboroto que Less optó por taparse los oídos y alejarse de allí pensando en otras cosas, como en si su hermano estaría bien o si la chica habría conseguido llegar hasta Edelier sana y salva, hasta que el brutal golpe del mayor le hizo despertar. Solo había podido percibir el golpe cuando se dio contra la pared de forma tan brusca, lo agarró por el cuello tan fuertemente que no le dejaba respirar. El moreno intentó arañarlo y golpearlo para que le soltara pero cada vez tenía menos fuerza, Ume lo soltó y comenzó a patearle el estómago con tal brutalidad que casi no le destrozó los órganos. Aquella noche no sería nada agradable para él, ni mucho menos, posiblemente fuese su última noche.

El vagabundo cerró su libro mientras contemplaba la portada con una sonrisa algo melancólica. Murmuró para sí mismo: "onii-sama, espero no haber escrito un relato demasiado amargo" y empezó a andar por las calles olvidadas de la ciudad. Iba tarareando una nana a medida que daba un paso y movía una cola de pantera que sobresalía de su ropa, haciéndolo un sujeto bastante extravagante. Siguió con su paseo hasta llegar a la ribera de un río, en la cual se veía reflejada la primera luz de la mañana. Siguió el largo camino del río hasta llegar a la parte de abajo de un viejo puente usado como basurero.

-Vaya, ¿pero que tenemos aquí? Parece que esto será el comienzo de otra historia más...

Allí se hallaba el cuerpo de un joven de cabello negro y piel pálida como una pared grisácea que fue blanca hace mucho tiempo atrás, con sus ojos turquesa claro abiertos y con la mirada perdida en la nada y la ropa desgarrada mostrando algunas heridas. En su cuello había una clara marca de que lo habían asfixiado. Se acercó hasta él y lo miró a los ojos, una media sonrisa se dibujó en sus labios mientras le tendía una mano al joven que ya no respiraba, le habían arrebatado ese derecho horas atrás.

Ne jamais abandonner en cas de perte
la possibilité d'économiser
au cauchemar prochaine douce
nous avons