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martes, 10 de julio de 2012

Trance Holic-Ep.1





-¿Te has enterado ya? Hay un fantasma merodeando por la zona, ¿lo sabías?

-Si, dicen que con sólo mirarlo te hipnotiza y después te lleva al infierno con él, qué miedo.

-Sí, da mucho miedo.

-Los fantasmas no existen, sólo son cuentos.

-A veces los cuentos se cumplen... 

Paradox sin=Ghost

Un claro sonido del andar de unos tacones soberbios podía escucharse desde cualquier parte del lugar, era un espacio enorme y vacío, el suelo era de piedra color magenta y negro, como un gran tablero de ajedrez, y las paredes ni siquiera llegaban a verse. Era tan inmenso que la negrura del infinito se convertía en la propia valla del espacio. Todo estaba lleno de enormes pilares negros, algunos semiderruídos y otros agrietados, ninguno se había librado al castigo impuesto por la carga que debían soportar. El rintintín constante cesó al encontrarse su dueño con lo que buscaba: una serie de sillones negros, vacíos, se encontraban rodeando una enorme mesa de cristal con un candelabro de velas blancas en el centro. Se sentó en la cabecera y deslizó una fina mano cubierta por un guante de seda negro por la superficie lisa, acariciándola como si se tratase de un tesoro,delicado y frágil.

-Ese es el sitio de nuestro señor, Dama negra.

-Nuestro señor ya no está, Dama verde, no creo que se moleste.-le contestó con una sonrisa juguetona en los labios la nombrada.

Una mujer de cabello ondulado de color rosado adornado con un gran lazo de color verde oscuro y con pequeñas perlas colgando de él se encontraba ahora a su lado. Llevaba los ojos cubiertos por un antifaz del mismo color y su vestido sin mangas era blanco con detalles en verde, sus manos envueltas en guantes de encaje blanco descansaban ahora sobre sus piernas. Volteó la cabeza hacia su interlocutora, la Dama negra. Tal y como decía su nombre decía, todo en ella era de ese color: su largo cabello liso, su vestido casi como el de una muñeca, su antifaz... Lo único que se salvaba era su piel de porcelana.

-No te acostumbres, no durará mucho.

-Lo sé. Debe ser así, el equilibrio empieza a ceder y el tiempo no corre precisamente a nuestro favor.

-¿Por qué no buscamos a otro Dios?-saltó de pronto una voz nueva, esta vez más aguda e infantil.

En frente de la Dama verde apareció una chica, pequeñita y menuda, de largo cabello rubio hasta los hombros con una diadema blanca y negra y vestida de amarillo, negro y blanco. Llevaba consigo un peluche negro con dos botones a modo de ojos, uno era verde y el otro rojo y lo movía como si realmente estuviese vivo. A diferencia de los demás, su rostro iba cubierto con la mitad de una máscara de gato negro con ojos dorados.

-Eso llevaría demasiado tiempo, Dama amarilla.-le contestó la morena.- Necesitamos algo que se ajuste a la situación.

-Necesitamos una distracción para conseguir una ventaja sobre el enemigo, está claro que esto es el plan de alguien y que la desaparición de nuestro señor es sólo un mero aviso de lo que viene.-Opinó una cuarta voz más, proveniente del sillón de al lado de la de pelo rosado.

Era una chica menuda, no tan alta como la de verde pero sí mucho más que la Dama amarilla.Su cabello era castaño oscuro, tan largo que casi podía llegar a los pies, sus ojos estaban cubiertos por unas cintas rojas y su vestido rojo era de un estilo japonés con encajes y volantes negros. La Dama negra rió ante sus palabras, pobre chica, ni cuenta se había dado que eso resultaba demasiado obvio.

-Podríamos utilizar a esos fragmentos descarriados... Pobrecillos, luchando por su mero existir.

-Sí, podría funcionar.-Asintió la rubia.-Mientras ellos se encargan de los errores, nosotras buscaremos al culpable de todo esto para traer a nuestro señor de vuelta. ¡Como premio les podríamos dar más de lo que tanto ansían! ¡Jajaja!

-Eso es demasiado cruel, no puedo aceptarlo.-Se negó en rotundo la castaña.-¿No veis que estais jugando con los inocentes?

-No nos queda otra opción, lamentablemente tenemos que caer bajo... Tan bajo que podremos tocar la Tierra que aprisiona a nuestro Dios.-Se lamentó la de pelo rosa.

-Entonces que no se hable más, ellos serán nuestras piezas en este juego contrarreloj.

Todas se quedaron en silencio. La Dama negra se giró para ver el sillón junto al de la Dama amarilla y frunció el ceño.

-¿Dónde está la Dama blanca?




Abrió los ojos lentamente, un dolor punzante le recorría las mejillas y el duro tacto del asfalto se mezclaba con un áspero sabor a tierra. ¿Qué acababa de pasar? Recordaba estar corriendo para escapar de alguien y luego encontrarse con un enorme vacío... ¡Es verdad! Lo habían empujado y ahora estaba... ¿Dónde estaba exactamente? Se sentó en el suelo y miró confuso a su alrededor mientras se sobaba la cabeza, sobre él se alzaban las tímidas siluetas de unos edificios de cuatro o cinco plantas, no sabía exactamente cuales, que contrastaban con las sombras del fondo de otros mayores, casi rascacielos a su parecer.

-¿Estoy... en casa?

Sintió algo húmedo contra su mano, era un gatito diminuto, blanco con unos profundos ojos azules, el que le estaba lamiendo los dedos. Le acarició la cabeza con cuidado y el pequeñajo empezó a ronronear, provocando que el chico sonriera por primera vez en mucho tiempo.

-¿Tú también estas solito, amigo?




"Se han dado una serie de misteriosas muertes en toda la ciudad, obras de un brutal asesino que no deja huella ninguna entre toda la masacre. La policía está llevando a cabo una exhaustiva investigación para encontrarle cuanto antes, pero las pistas son escasas y el tiempo se agota antes de que aparezca la siguiente víctima..."

-¿Tú quien crees que será?

-No lo sé ni me interesa, mientras no se acerque por aquí...






Una silueta caminaba despacio entre la bruma. A pesar de ser muy temprano y estar todo muy oscuro llevaba una sombrilla de estilo japonés abierta, apoyada sobre su hombro y el sonido de unas sandalias al pisar el cemento resonaba entre el silencio de una calle muerta. Llevaba un kimono que parecía pesar bastante e iba moviendo la cabeza ligeramente hacia los lados a medida que avanzaba, al poco empezó a tararear una melodía, quizás para hacer más ameno su paseo.

-Ya están aquí.-dijo de pronto, parándose en seco.

Extrañas criaturas comenzaron a surgir de las sombras, retorciéndose a medida que aparecían. No tenían una forma concreta y su cuerpo era de un líquido negro similar al petróleo, emitían un extraño gruñido acompasado por el borboteo de su cuerpo. Poco a poco fueron tomando una forma humana, aunque no dejaban de ser un montón de líquido ambulante. Uno de ellos estiró su brazo, alargándolo a tal velocidad que casi dio la impresión de que se había transformado en una bala. El miembro chocó contra el suelo, armando un gran escándalo y provocando una gran nube de polvo, incluso los coches que estaban aparcados en las cercanías temblaron hasta el punto de que su alarma anti-robo se encendió. Todo volvió a su silencio anterior... El monstruo volvió a su intento de cuerpo humano, creyendo que había matado al otro. Cuando la nube se disipó no había nada en el sitio, sólo un montón de grietas y trozos de acera descolocados. El intelecto no debía ser uno de sus puntos fuertes, al no ver nada en el hoyo se pensaron que realmente lo habían eliminado y se desvanecieron de la misma forma que habían aparecido, sin darse cuenta de que su "víctima" se encontraba en lo alto de una farola parpadeante, intentando mantener el equilibrio en silencio. Bajó con ayuda de su sombrilla abierta para mantener el equilibrio y siguió su paseo como si nada de esto hubiese ocurrido.





-No sé a qué sigo esperando, él no va a volver...

¿Por qué seguía así? El peliazul no conseguía descifrarlo, la persona por la que él aguardaba pacientemente jamás vendría. Clavó sus ojos morados en el agua del río, ese maldito y amado lugar donde lo había conocido. Se hizo un ovillo en el suelo, ocultando su cara entre las rodillas y los brazos, sentía ganas de echarse a llorar. Él no quería hacerlo por alguna extraña razón, quizá porque una parte de él no quería que alguien lo viese en ese estado. Alzó de nuevo la vista, comprobando que todo era borroso ahora. Ah, no pudo retenerlo como quería. Se secó las lágrimas con la manga de su camiseta. La brisa fría chocó directamente con su rostro haciendo contraste con el calor de sus mejillas, ese tacto de hielo dolía. Sintió un repentino olor a podredumbre, ¿qué era eso?

"Pobrecito, esperando a su dueño... Él está allí, ¿lo sabes?"

Oyó con claridad aquella voz chirriante, parecía un sonido emitido por una serpiente con cuerdas vocales de acero quebrado. Daba escalofríos, más que el aire frío de la madrugada. Los pelos de la nuca se le erizaron e instintivamente se levantó. Unos negros brazos lo rodearon fuertemente, intentó oponerse pero eso sólo hacía que se pegaran más a él. No entendía qué era lo que estaba pasando, nunca antes le había pasado algo así. Una especie de serpiente empezó a enroscarse en su cuello y acercó la cabeza lo suficientemente cerca de su rostro para mirarlo a los ojos, eran unos horribles ojos rojos demasiado humanos para aquel ser. El reptil abrió la boca mostrando sus afilados colmillo y su lengua bífida, iba a morderle. Ya no le importaba lo que le sucediese, lo había perdido todo por lo que no había necesidad de que él siguiese allí. Cerró los ojos con fuerza, con un poco de suerte sería todo muy rápido o de lo contrario agonizaría un rato y después pasaría a no sentir absolutamente nada.

Pero nada de eso sucedió. Nada en absoluto.

Escuchó cómo la serpiente chillaba al ser atravesada por la afilada cuchilla de una navaja. Cayó de rodillas al suelo sin entender aún del todo la situación, ¿qué acababa de pasar? Había sido liberado por un alma caritativa del abrazo asfixiante de una serpiente monstruosa que había aparecido de la nada. Era cierto, ¿quién habrá sido su salvador? Alzó la vista y abrió los ojos como platos al encontrarse con algo que no esperaba ver otra vez. No, no podía ser... Iba a replicar o algo semejante cuando el misterioso individuo colocó el dedo índice en sus labios y le hizo callar antes de agarrarlo y rápidamente apartarlo para esquivar el ataque de la bestia. Se había lanzado en picado contra ellos y de no ser por el otro ahora serían una parte más del césped destrozado.



-El único que puede tocar a Lunlun, soy yo. ¡Búscate a otro!

-¿¡Tsuki!?-exclamó el peliazul sin acabar de creérselo aún del todo.

-Lo siento Lun, tendremos que dejar la charla para más tarde.

El recién aparecido se acercó a él casi tan veloz como la pantera que era y le besó juntando sus manos. El peliazul no opuso resistencia pero tampoco se quedó tranquilo, no se esperaba para nada un gesto como ese en mitad de una situación como en la que estaban. Vio aparecer unos hilos rojos alrededor de las manos de ambos que no tardaron en ceñirse a ellas, Tsuki separó las suyas de las de él con gran esfuerzo hasta que los lazos rojos acabaron por enroscarse en sus manos y se fundieron con su piel. Separó los brazos y luego juntó las manos para después volverlas a separar, haciendo aparecer un extraño báculo plateado acabado en una circunferencia de la que colgaban varias anillas que no dejaban de sonar.

-C'mon baby, it's time to dance!

La serpiente emitió un bufido y se lanzó a atacar al peliblanco, que con un solo gesto de muñeca hizo sonar su báculo y provocó que le reventase la cabeza al animal. De los restos burbujeantes del extraño ser brotaron más serpientes pequeñitas que se acercaban haciendo zigzag hacia ambos. Intentó hacer lo mismo de antes pero no daba acertado y sólo causaba pequeñas explosiones en el suelo. Volvió a agitar el arma para que aquellos trozos de roca que saltaban se convirtiesen en pequeños proyectiles que atravesaron a los monstruos. Antes de que volviesen a reproducirse alzó de nuevo el báculo y lo clavó en el suelo, provocando que los cuerpos aún sin terminar de desarrollarse de estos se electrocutasen. Las serpientes empezaron a hechar humo y no tardaron en deshacerse como si fueran agua evaporándose. Soltó el bastón metálico, provocando que se diluyese en el aire, y se acercó a Lunrey, el chico de pelo azul que lo miraba con profundos ojos llorosos y llenos de sorpresa. Estaba sentado en el suelo, se notaba un poco que estaba temblando y parecía mirarlo con la misma cara que tienen los niños cuando quieren que los cojas en brazos. Se arrodilló a su lado y le acarició el rostro con ternura, haciendo un intento de secarle las lágrimas.

-¿Te asustaste?

Sin darle tiempo a decir nada más el chico de ojos morados se lanzó a abrazarlo con fuerza, tirándolo al suelo inclusive.

-¿Lun...?

-Estás vivo...



El albino correspondió su abrazo y comenzó a acariciarle el pelo mientras sonreía con amargura. Había tardado demasiado en volver.

-Estabas muerto... pensé que no volverías... yo, yo...

-Lo sé, pero te prometí que siempre estaría contigo. ¿Lo recuerdas? Regresé para cuidar de tí, aquí estoy Lun, mi amado rey de la luna.

Lunrey levantó la cabeza después de haber escondido su rostro en el hombro de Tsukisoice y le miró, ambos acercaron su rostro hasta quedar a escasos centímetros de forma que cada uno pudiera sentir el aliento del otro como si fuera el suyo propio. Unieron sus labios en un beso suave, cálido y frío a la vez, que duró un par de minutos. El de pelo blanco se quedó recostado otra vez en el suelo, mirando desde lo bajo el rostro sonrojado del otro, sintiendo cada vez más ganas de pegarlo a su pecho, de acariciar su piel y su cabello, de besarlo, abrazarlo, consolarlo, susurrarle al oído que todo estaba bien y que le amaba. Tantas cosas quería hacer y no sabía por cual empezar. Alzó la mano hasta llegar a su rostro, deslizó las llemas de los dedos por los labios del chico y luego los condujo hasta la mejilla, ascendiendo por el contorno de la cara hasta llegar a su frente y apartarle el pelo entre caricias. El peliazul cerró los ojos y se relajó, soltando un magullado "wan" por lo bajo mientras se dejaba llevar por las caricias de Tsuki. Este llevó la mano a la parte de atrás de la cabeza de Lun para acercarlo a él y besarle de nuevo, esta vez con más intensidad que el anterior. Era un baile de lenguas que no terminó hasta que ambos necesitaban coger aire para llenar sus pulmones y volverse a lanzar otra vez hacia el otro para seguir abarcando la boca del otro. Entre beso y beso el de ojos bicolores consiguió murmurar palabras melosas que se perdieron en el aire que ambos consumían vorazmente.






Los humanos eran aburridos. Muy aburridos y traicioneros.

Es cierto, no confiaba en ellos, pero tenía motivos de sobra. A esa hora no había nadie en la calle, se estaba más tranquilo que en otra hora y se estaba fresco, a esas alturas de verano cualquier hora del día era un suplicio, a veces hasta las noches eran insoportables, pero por la madrugada siempre conseguía refrescar un poco. Por alguna extraña razón ajena a él se le dio por salir a dar una vuelta, pero claro, ¿a quién se le ocurre salir en plena madrugada a dar una vuelta porque si? Bueno, al menos es una buena forma de despejarse. Oyó una especie de golpeteo, como si fuera madera chocando contra el asfalto. ¿Qué podía ser? Un fantasma claro que no, esas cosas no existían.

-Serán imaginaciones mías... porque aquí no hay nadie, ¿no?

Miró hacia los lados, buscando alguna señal de vida ajena a él. No encontró a nadie.

-Lo que yo decía, alucinaciones. No me extrañaría que lo fueran, hasta hablo solo...

El sonido volvió a aparecer, esta vez más cercano y continuo. No tardó en vislumbrarse una figura a lo lejos que pasó corriendo a su lado, llevaba una sombrilla vieja y un kimono negro, sus sandalias debían de ser de algún material duro ya que eran la fuente que emitía aquel repiqueteo constante. Era extraño, no hacía sol ni llovia para tener una sombrilla abierta al hombro ni tampoco llevaba un calzado muy adecuado para hacer deporte, ¿estaría escapando de algo o se le olvidaría alguna cosa en su casa? No le importaba en absoluto, pero le había picado la curiosidad en el momento. Sacudió la cabeza, no tenía nada que ver con él así que no debía pensar en eso.

Siguió caminando hasta que le entró de nuevo el sueño y decidió volver, antes de entrar en casa bostezó y se rascó la cabeza. Se encontró a su hija también despierta, era una chica que aparentaba unos 19 años con el pelo largo, ligeramente ondulado, de color rubio con unos mechones negros. Estaba sentada viendo la televisión en el sofá, aún en pijama. Se acercó hasta allí y se sentó a su lado, estaba haciendo zapping para ver si daban algo bueno.

-Sólo pasan telediarios a estas horas.-le dijo él mientras le revolvía el pelo con cariño.

-Lo sé, pero me quedaba una pequeña esperanza de que hubiera algún canal que pasara algo distinto. No dejan de hablar de esos asesinatos en la ciudad, cada vez están más cerca de aquí.

-No creo que se acerquen hasta aquí, los echaría enseguida antes de que te pusieran una mano encima.

-No creo que sean personas, yo creo que es el fantasma del barrio.-le corrigió la chica con un tono misterioso muy fingido.-Dicen que viste al estilo japonés tradicional y siempre lleva sombrilla aunque no haga sol, te cautiva y te lleva consigo al final pero que si te resistes te ataca con una katana.

Esa descripción le sonaba de algo... Era aquel individuo que vio pasar corriendo a su lado hace un momento. ¿Acaso... era un fantasma? La sombrilla y el kimono concordaban pero... no parecía ser un espíritu en absoluto, además, esas cosas no existían. Se le puso la piel de gallina, aunque no creyese en esas tonterías daba un poquito de repelús.

-¡Bu!-exclamó ella para sobresaltar a su padre, provocando que diera un pequeño brinco en el sitio.-Era una broma, no te habrás asustado, ¿verdad?

-Qué me voy a asustar yo, los fantasmas no existen.




Love is not a contract to sign. 
Continue?

lunes, 18 de junio de 2012

Trance Holic-prólogo

Aún puedo escuchar los gritos de aquel día.


Veo la sangre correr entre mis manos y siento los escalofríos atravesando mi espina dorsal.


La luna sigue grabada en mi retina,apareciendo para mostrarme un cuadro pintado con el caos y el horror que acabo de desparramar sobre el lienzo, mientras tanto, la tormenta va cesando... Veo una silueta en la pared, una mano se alza hacia mí pidiendo clemencia, no puedo permitirlo. Mientras me disculpo, voy bajando el filo pecador y aplico más rojo, más miedo, más gritos. ¡Más, más, más! ¡El quiere más, lo necesita, lo reclama! ¡Más! 


Cuando me doy cuenta, ya nada se mueve, ni siquiera yo. Logro articular los dedos para soltar la espada y poco más. ¿Qué estoy haciendo...?


-Lo he vuelto a hacer...





El sonido de las pisadas era cada vez más notable, ya resultaba imposible dejarlo atrás. Era un constante repiqueteo, a diferencia del suyo, tranquilo. ¿Cómo es posible que con ese ritmo le esté alcanzando? O él era demasiado lento o el otro estaba usando algún truco, ¡es imposible que si estas corriendo te alcancen andando! Tuvo que frenar de golpe al encontrarse con algo inesperado: un enorme abismo se alzaba ante él y le impedía seguir con su carrera.

-¿Cómo es posible...? ¡Esto no estaba aquí antes!

-Te encontré~

Giró la cabeza a la par que abría los ojos como platos con las pupilas dilatadas por el pánico, esa voz...

Antes de que pudiera ver completamente a su perseguidor sintió que una fuerte descarga le azotaba el cuerpo y adormilaba cada uno de sus sentidos. Cayó al vacío inevitablemente y su último recuerdo antes de la profunda oscuridad fue una risita estridente.

-Larga vida al Dios Alix.

sábado, 16 de junio de 2012

¡Siguiente! :3

Título: Trance Holic


Género/s: romance, comedia, drama, horror, gore.

Advertencias: pueden aparecer escenas violentas y material con alto contenido en yaoi, por lo tanto, si no te gusta no lo leas.  

Trama: Llevan con nosotros desde mucho tiempo, conocen misterios que jamás comprenderíamos y pueden plantarle cara a la muerte. Su único propósito en este mundo es existir.

El dios Alix ha caído al mundo terrenal y nadie sabe cómo, ahora, está en paradero desconocido y todo tal y como lo conocemos ahora está a punto de cambiar. Para que el mundo no decaiga y se mantenga el equilibrio, la sociedad de las Damas Etéreas ha comenzado una estrategia para "salvaguardar" el mundo de las incorrecciones y las carencias de sentido. Sin embargo, siempre hay alguien que no quiere que esto suceda... Todos aquellos cabos que quedaron sin resolver en la saga Tenshi tendrán su respuesta aquí, el lugar donde la existencia es una paradoja.

"¿Quieres salvarle?"

jueves, 17 de mayo de 2012

Shirotenshi: Forgotten memories without you~Cap.7

¿Qué es lo que queda
de aquel caballero
que antes no temía 
a la muerte y
no había valía 
como la suya?
Solo cenizas, solo
polvo de recuerdos.

"¿Dónde... estoy?"

Estaba todo oscuro. Hacía frío. El silencio reinaba en cada rincón del infinito donde el muchacho se encontraba sumergido. Cerró los ojos lentamente, sin esperar respuesta.

"Estás en un lugar que ambos conocemos muy bien, Less."

"¿Quién eres...?"

Lo que queda del ayer
ya no volverá,
puesto que el polvo
consistente ya no será.
Nada de lo que antaño
ansiaste y conseguiste
te acompañará
más allá de la vida,
la muerte
todo lo lleva.


Un joven de cabello azul y largo apareció ante él, sonriendo. Era el mismo que se había hecho pasar por su reflejo hace tiempo atrás.

"Yo soy tú, y tu eres yo."

Si el amado no regresa
el viento le llevará
al otro lado del río,
tu mensaje de dolor.
Canta, triste vocecilla,
pájaro cantor,
déjale tus lágrimas
a las cenizas 
y abraza tu temor,
porque el caballero
no volverá.


"Less... deja que tu alma cante para mí."


Acta est fabula~ubi sunt?
-Imperfetta finale-    

Marai no dejaba de darle vueltas al asunto, no había vuelto a ver ni a Edelier ni a Deletier desde el día anterior y comenzaba a preocuparse. Esme veia como la chica se chocaba contra paredes imaginarias que la hacían dar vueltas y vueltas en la habitación de forma casi mecánica, ella también estaba muy preocupada por los chicos pero intentaba mantenerse serena para no agobiar a su amiga más de lo que ya estaba. 

-Edelier me dio una dirección para que fuera si él no regresaba... tal vez deberíamos ir.

-¿Nosotras solas? Pero... yo creo que sería mejor esperar un poco más, a lo mejor están por volver.-intentó persuadirla Esme, todo en vano.

-No puedo seguir esperando... algo me dice que él está en peligro.

-Y no te equivocas...-saltó una voz masculina desde la puerta.

Allí estaba Dante, que difícilmente se sostenía y tenía que agarrarse a las paredes. Dio un paso hacia delante pero ambas chicas tuvieron que ayudarle para que no fuera de bruces contra el suelo. Tenía algunas heridas aquí y allí pero no vieron nada que precisara de atención urgentemente. Lo ayudaron a llegar hasta el sofá y lo obligaron a sentarse, ya que él insistía en permanecer de pie.

-¿Dónde estabas? Deletier me dijo que no apareciste.-preguntó Esme con gran preocupación en la voz mientras traía un par de vendas y cajas de tiritas para curarle las heridas.

-Un desconocido más bruto que un burro me atacó cuando iba a verle, maldita sea, hubiera sabido esto y no me levantaba en todo el día. ¡Ay!-se quejó cuando Marai colocó un pequeño algodón  con alcohol sobre una herida de su brazo.-Me tuvieron allí bastante rato, debieron pensar que estaba inconsciente o algo así, porque después me soltaron como si nada. La verdad, no entiendo lo que está pasando.

-¿Pudiste averiguar algo?-saltó Marai seria, algo impropio en su forma de ser.

-No mucho... creo que no soy el único retenido. La persona que me liberó también lo tenían allí por obligación, por lo que habló con otro supe que tienen a Dele y a Ede con ellos, miedo me da lo que quieran hacer con esos dos, porque pedirles ayuda para recoger flores no creo que sea.

Pronto acabaron de ponerle los vendajes al moreno, dando por finalizada la primera parte de su misión. Lo siguiente aún estaba empezando y tenían que darse prisa si querían llegar a tiempo antes de que algo malo pasara, o por lo menos eso es lo que le decía su instinto a Marai.




-Mira que eres burro, Through... tampoco hacía falta que acabaras con él.

-Tampoco es para tanto, no creo que pudiera llegar a entorpecer mi plan pero tampoco creo que fuera agradable tener a una mosca cojonera todo el rato.-replicó el moreno mientras le daba un sorbo al licor transparente que sorbía de un pequeño cuenco rojo.-De todas formas, me parece muy mal que hayas dejado suelto a nuestro invitado... Takuya.

Ambos estaban en una gran sala oscura, cuyas ventanas eran unas enormes vidrieras que hacían ver el lugar con un tono violáceo al ser atravesadas por la luz de la luna. Estaban sentados en pequeños cojines negros, uno en frente del otro. Through lucía resplandeciente, muy seguro de sí mismo, como si nada pudiera tocarle, en cambio, Takuya lucía sereno, pero se le notaba que estaba molesto. A parte de las vendas de su ojo, llevaba otras más a lo largo del cuerpo y algunos rasguños en las manos quedaron sin cubrir. Detrás de él, dos personas más se sentaban entre las sombras. Uno era un hombre de no más de treinta años, muy joven aún así, de cabello negro azabache largo y atado en una trenza, completamente vesito de rojo y el otro era una mujer de la misma edad, también de cabello oscuro y con dos trenzas a los lados de la cabeza que se juntaban por detrás para acabar en una única trenza rematada en un aro dorado, vestía con ropas de estilo chinés de color turquesa. Ambos permanecían atentos ante cualquier gesto que pudiera hacerles su jefe, Takuya, o cualquier acto sospechoso que hiciera Through para lanzarse a proteger al de pelo morado. Aún así, tanta concentración no les quitaba su semblante preocupado.

-Ya te di una predicción cómo me pediste, ahora déjame marchar. -le exigió el de ojos verdes cerrando los ojos y dándole una calada a una pipa que sostenía en su mano derecha.

-Uhm... no se.-fingió pensárselo Through.- El futuro que me has sentenciado no me gusta, además, tienes que pagarme por haber liberado a nuestro prisionero, Kuroryuu.

-Maldito... sabes que esto es algo con lo que no se juega, ¿no te llega con destrozarle el futuro a Chika?

La sonrisa se borró del rostro del moreno con solo mencionar ese nombre.

-Tú no sabes nada. Cuando todo esto acabe tendrá un futuro mejor del que jamás habrá soñado, aunque ello implique mi destrucción... -el silencio se hizo durante un largo rato, apretó los puños y se levantó, dirigiéndose hacia la salida.- La audiencia ha terminado, puedes marcharte. Ya no te necesito.

Atravesó una puerta corrediza, llendo a parar al exterior de una vieja casa, la casa donde Less había vivido hace tiempo con Ume y en la que retenía a los gemelos Andrews Gray. En cuanto se dio la vuelta, la entrada por la cual había salido ya no estaba, justo como él esperaba. Se crujió el cuello y se estiró, necesitaba estar preparado para comenzar. Chasqueó los dedos y súbitamente aparecieron ante él dos sillas sobre las cuales estaban sentados Edelier y Deletier, atados con cadenas doradas y delante de ellos una gran pila con agua sobre la que se reflejaba la luna y el cielo nocturno, a su alrededor comenzaron a encenderse velas blancas que flotaban cual pájaros en el cielo. La puerta de la casa se abrió para dar paso a Less, iba vestido con una camisa blanca con dos botones negros en las mangas y unos pantalones negros con dos aberturas a la altura del tobillo con forma de cruces, no llevaba zapatos. Through se acercó a él y le acarició el rostro, bajó la vista a su blanco cuello en el cual aún llevaba su collarín de cuero y su crucifijo, siempre los llevaba.

-Te sienta bien, aunque luciría más con una sonrisita.

El pelinegro le apartó la mano con algo de brusquedad pero sin llegar a ser excesiva, después, apartó la mirada y volteó el rostro.

-Después de todo lo que me has obligado a hacer y lo que me has echo pasar todavía quieres que sonría... Ume.

-Adoro cuando te pones rebelde, casi parece que me estas tentando.

Como si de un camaleón o una ilusión se tratase, el aspecto de Through cambió al de Ume con la misma facilidad con la que uno suspira. Se acercó al chico y le agarró el rostro con fuerza, obligándole a mirarlo, y lo besó. Fue un beso fiero, salvaje, con tosquedad, muy a lo bruto e imprevisto, el menor trató de apartarlo y acabó por morderle, consiguiendo al fin su objetivo. El de pelo castaño se relamió el hilillo de sangre que brotaba del pequeño mordisco con lujuria.

-Je, sabía que arañabas pero no que mordieses, creo que ese rubiales con el que te la pasas es una mala influencia para tí. A lo mejor a tus hermanos les apetece una pequeña exhibición de tus habilidades antes de comenzar con lo nuestro...




Después de varios cruces que parecían nunca acabar, por fin los tres consiguieron llegar hasta el sendero que llevaba a la casa donde retenían a los hermanos. Marai y Esme habían cogido algo para defenderse, la pelinegra llevaba una vara metálica mientras que la de pelo marrón un viejo arco con unas flechas viejas que guardaba de un curso de tiro al arco que habían echo las dos juntas hacía tiempo. Llevaban corriendo desde hacía rato y las fuerzas no les durarían mucho de seguir así, por lo que optaron por aligerar un poco el paso. Sin embargo, no tardó en aparecer el primer impedimento. Una mujer de cabello negro y ojos dorados, con la pupila rasgada como si fuera una serpiente o un gato, que vestía un elegante vestido negro y dorado al estilo gótico, se colocó delante de ellos bloqueándoles el camino. Se tapó la boca color escarlata con un abanico negro y morado mientras se reía con una vocecilla estridente.

-Yo me encargo de ella.-dijo Marai colocándose delante de Esme y Dante.

-¿Estas segura?-le preguntó el chico.

-Segura, os alcanzaré luego. Si Ede se os pone impertinente cuando no esté, podeis arrearle una colleja.

Dante asintió con la cabeza y siguió con Esme, a la recién aparecida no le importó que los otros dos se marchasen, le interesaba más la persona que tenía delante suya.

-Vaya, vaya, vaya. Al fin sales a lucirte, bruja de la luna blanca.-rió la desconocida, con aires de superioridad.

-Bruja de los ojos dorados, Neolix... quizás debería llamarte Neoryn. Tsukisoice me habló de ti y quien era esa Bruja blanca de la que hablas, lamento decepcionarte ya que en este momento hablas con Marai, no con Shayna.

-Ya da igual, las dos sois lo mismo. ¡Simple escoria!

Con un rápido gesto de muñeca Neolix creó una bola de energía en su mano y la lanzó contra Marai, esta la esquivó por los pelos saltando hacia un lado. Se levantó y corrió hacia ella, asestando un golpe con la vara que realmente fue a dar al suelo ya que la de ojos dorados se había anticipado a su movimiento y ahora se disponía a lanzarle otra bola de energía. La golpeó en el estómago con la varilla metálica antes de que pudiese hacer nada y la apartó de sí.

-Ah, siempre he sido tan mala en el combate cuerpo a cuerpo.-comentó la bruja de ojos de serpiente. - Es una pena que todo debiera acabar así, ¿no crees?

-Neolix, esto no tenía por qué acabar así. ¡Fuiste engañada!

-Tú que sabrás, no estabas allí. Tsehde y Tsuki solo me usarían como su juguete personal, cuando dejara de serles útil me dejarían atrás... porque Tsehde te había elegido a ti y la única persona a la que le podría importar aunque eso pasara era Tsuki, y estaba claro que se desmoronaría, acabaría por perder la cordura en algún momento y dejaría de importarle. ¡Tú no sabes lo que se siente cuando te dan una esperanza de ser libre y te dejan atrás cuando dejas de serles útil porque tú siempre has sido amada!

Tres largas cuchillas resplandecientes aparecieron en frente de Neolix y salieron disparadas hacia Marai, la cual solo pudo esquivar una y parar otra con la barra metálica, la tercera le hizo un corte en el brazo que la hizo soltar un leve alarido. La bruja siguió haciendo aparecer más de aquellos filos cortantes y la morena siguió recibiendo cortes sin saber muy bien qué hacer a partir de ahí, hasta que una idea le rondó por la cabeza. Se acercó con paso lento a la bruja, la cual le gritaba para que no se acercara a ella pero le hacía caso omiso, hasta estar justo delante suya.

-Puede que no sepa lo que se siente, pero sí sé una cosa y es que ellos nunca te traicionarían. Eras su amiga y los amigos son algo muy preciado para todos nosotros.

Sin dudarlo ni un segundo la rodeó con los brazos y la pegó a sí, en un abrazo consolador del que intentaba zafarse la otra. Una ceniza negra comenzó a despegarse de los cabellos de Neolix, dejando paso a unos mechones castaños, como el color de la tierra o la madera, su piel pareció brillar, volviéndose más pálida y notándose más suave al tacto y sus ojos se tiñieron de color castaño oscuro.

-Mientes, ¡mientes! Tú no los conoces, ¡no los conoces en absoluto!

-No los conozco, pero sí conozco a sus "yo" del presente. Si en un futuro ellos pudieron ser así, ¿por qué no en el pasado? La gente miente, es egoísta y traicionera por naturaleza, pero también es cálida, amable, sociable, admirable... y débil. Todos necesitamos de otros, por eso... albergamos el sentimiento del amor y la amistad, algo que siempre está en nuestros corazones, Neoryn, y es por eso que ellos jamás te hubieran dejado atrás.

Los hombros de la de pelo castaño comenzaron a convulsionarse hasta acabar estallando en un mar de lágrimas, gritando "¿qué he hecho?" sin parar de sollozar. Marai esbozó una sonrisa, acababa de ayudarla igual que había ayudado a Edelier años atrás. Todo aquello le había traído muchos recuerdos, recuerdos buenos y recuerdos malos, pero recuerdos al fin.




La cara de Dante y Esme al ver la escena en la entrada de la casa fue una gran mezcla de matices: sorpresa, miedo, ira... eran demasiadas emociones distintas para ser realmente diferenciadas. Las sillas donde Edelier y Deletier estaban sentados estaban ahora pegadas a la pila, con las muñecas de ambos llenas de cortes y goteando sangre que se mezclaba con el agua de su interior. Se notaba que ya llevaban tiempo allí sentados, sus rostros estaban más pálidos que de costumbre y se les veía cansados. Ume, o mejor dicho Through ya que volvía a tener su aspecto, estaba de pie frente a los hermanos y la pila con Less a su derecha.

-Oh, llegaron los invitados a la fiesta para ver tu nacimiento, Less. ¡Porque todo acaba de empezar!

Sacó una copa dorada con la que recogió parte del agua ensangrentada de la pila y echó dentro una pequeña gema, la que había sacado del estómago de Tsukisoice antes de matarlo, y se la hizo beber a Less. El chico se apartó nada más tragarse todo el contenido por la fuerza y tosió, casi se había ahogado. Un escalofrío le recorrió toda la columna vertebral hasta la nuca, ¿qué era aquella horrible sensación? Una horrible sensación de calor y opresión le subía por la garganta y se fijaba en el cuello, dificultando el paso del aire. Todo a su alrededor daba vueltas a su alrededor y las personas que lo rodeaban empezaban a tomar una forma grotesta, terrorífica, eran monstruos pintados sobre un remolino rojizo en el que no había aire que respirar.

-¿Q-qué me está pasando?-tartamudeó el pelinegro, llevándose las manos al cuello y alzando la vista al cielo.

Rasgaba su garganta con las uñas en busca de oxígeno, sin darse cuenta del dolor que ello provocaba. Unos finos hilos de agua roja se levantaron para fundirse en el cuerpo del joven y convertirse en tatuajes en forma de grilletes de los que salían unas cadenas translúcidas que fueron formándose hasta clavarse en el suelo, impidiéndole arañare. Se levantó una repentina brisa que levantó demasiado polvo, tanto que tuvieron que cubrirse para que no entrara tierra en sus ojos. Cuando el viento cesó, se encontraron a un Less cabisbajo, con la mirada oculta tras el pelo. Pasaron segundo de mucha tensión hasta que empezó a emitir un sonido agudo similar a una risita, una risa que fue volviéndose más alta y más descontrolada, haciendo convulsionar su cuerpo quebradizo entre risotadas. Miró fijamente a todos mientras callaba y su rostro se tornaba serio, casi cortante. Dante frunció el ceño, había algo raro en el otro. Dos mechones de su cabello que caían sobre sus mejillas eran mucho más largos que el resto e incluso parecía más alto, pero eso era algo menor. Lo que más le llamaba la atención eran sus ojos, ahora de un color rojo sangre, claro como una manzana madura.

-Mira que os gusta provocar la ira de los Dioses, por el amor de Dios. Anda, qué redundancia.-soltó el pelinegro como si fuera lo más normal del mundo, parecía no darse cuenta de la situación.

-Gente, os presento al nuevo Dios del equilibrio... ¡Less Takara!-exclamó Through rezumando felicidad por cada poro de su piel.

El mencionado lo miró de reojo con hastío, hizo una mueca de desagrado y se acercó a Through, colocando las manos en sus mejillas y mirándolo fijamente a los ojos mientras sonreía de forma pícara.

-Siempre me diste tanto asco, ¿sabes? Pero en el fondo eres un cielo, te debo una por liberarme pero ahora no me sirves para nada.-Se apartó de él y levantó el pulgar y el índice como si le apuntara con un arma, se oyó el sonido de un disparo y una bala inexistente atravesó el pecho del moreno.-Así que, adios y buenas noches, Through Nightmare. Ojalá tengas felices sueños en el infierno.

Escupió otra oleada de risotadas que hicieron a Esme agarrar con más fuerza su arco y retrocediera un paso atrás. Edelier abrió lentamente los ojos, encontrándose la imagen borrosa de su hermano con el cuerpo de Through a sus pies, dejando un enorme charco de sangre que empapaba hasta los dedos de los pies desnudos del de pelo negro como la noche. Vio cómo de pronto salían dos alas de la espalda de este, una blanca y otra negra, y se alzaba en el aire como un pájaro, rompiendo las cadenas que habían aparecido en sus muñecas momentos antes. Iba a levantarse, estirando su brazo hacía él para detenerlo, sacaría sus alas para seguirlo si hacía falta, pero las fuerzas le fallaron y lo único que consiguió fue caerse de bruces al suelo.

-Habeis conseguido traer a un Dios enloquecido y ahora lo vais a pagar caro, sufrireis en vuestras carnes todo el mal que habeis provocado a lo largo de estos años...¡y todo de lo debemos a tí, Through!

 Y así de rápido cómo sucedió todo, él se marchó, desapareciendo como un ave en el firmamento. ¿Qué iba a pasar ahora? ¿Por qué había resultado todo así? Un crujido llamó la atención de todos, el maldito no se daba por vencido. El moreno se levantó con dificultad del suelo, soltando una pequeña risita histérica que no le permitía moverse con normalidad.

-¿¡No has tenido suficiente o qué!?-le gritó Edelier, siendo agarrado por los demás para que no se le lanzara encima.

-No entiendes nada, muchacho.-Escupió Through después de toser una gran cantidad de sangre.-Mi mundo perfecto se ha ido a la mierda.

-Eso realmente es culpa tuya.-Saltó Dante, ayudando al peliblanco a mantenerse en pie.

-Lo sé perfectamente.





La casa estaba completamente vacía y oscura, todos habían salido hacía no mucho y se notaba su ausencia. No dejaba de darle vueltas al asunto, ¿por qué había hecho eso? ¿Por qué siempre tenía que irse? No lo entendía... y así, pensando en esas cosas, a Sairon se le hicieron las siete de la tarde. Estaba tumbado en el sofá, con el brazo sobre la cabeza, cubriendo su frente y con su mirada fija en el techo. ¿Cuánto llevaba así? El tiempo parecía no pasar en absoluto, como si estuviera parado. Decidió que lo mejor sería levantarse, hacer algo y no quedarse como un vegetal tirado en el salón, por lo que fue hasta la cocina a ver si había algo apetecible. No había nada, lo típico: cuando buscas algo o no lo encuentras o bien no queda. Se resignó a coger un refresco y fue hasta su habitación en busca de algo que hacer, encontrándose sino con una sorpresa inesperada.

-Hola, Sai.

Él estaba allí, sentado sobre su cama, sonriendo tan tranquilo. La luz que atravesaba el cristal de la ventana parecía bañarlo en oro y otorgarle así un aura divina. Cómo un soplido de aire y con la delicadeza de una pluma al caer se levantó y se acercó hasta el rubio en menos de lo que se tarda en suspirar, mirándolo con aquellos ojos rojos tan distintos a los suyos y que parecían atravesar su cuerpo para ver más allá de él, de su mente y de su alma.

-¿Less...?

Le rodeó el cuello con los brazos sin decir ni media palabra, el rubio no supo qué hacer en respuesta a aquel gesto.

-He venido a buscarte.



Todos vieron como Through se levantaba a regañadientes, su herida no cicatrizaba como solía hacer e incluso su imagen se veía distorsionada, a veces alternándose con la de Ume. Muchos lo miraban con desprecio, pero Deletier no. A él le daba lástima.

-Mi mundo perfecto... nunca existió, ¿verdad?

-No existen mundos perfectos.-le respondió Edelier.-Todo tiene su defecto.

-No quiero eliminar los defectos... yo sólo... quiero llenarlo de flores para una persona...

No pudo mantenerse más en pie y cayó al suelode rodillas, se tuvo que apoyar en las manos para no caer de bruces. Esbozó una sonrisa torcida, era tal y como había predicho Takuya, "todo lo que subía tenía que caer". Pudo sentir como unos pasos se acercaban a él, no le dio importancia hasta que estuvo a su lado, viendo que se trataba de uno de los gemelos que había tenido retenido hasta hace poco y que este le tendía la mano para ayudarle a levantarse.

-Levántate.-le ordenó con un tono serio, muy distinto a su habitual dulzura al hablar.

Through se quedó en silencio, mirándolo atónito.

-¡Te he dicho que te levantes! Aún... ¡Aún tienes que hacer crecer todas esas flores! Puede que sea tarde para un mundo perfecto... pero estoy seguro que existe otra forma de hacer feliz a esa persona.

-Te equivocas... ya gasté todas las oportunidades para hacerle feliz y he fallado... ¿Cómo voy a hacerlo ahora que la he jodido? Intenté salvarle... -el moreno golpeó con el puño cerrado contra el suelo.- ¿¡Cómo narices voy a hacerle feliz si lo he condenado a esto!? Ya es tarde para lamentaciones.

-Aún no es tarde para arreglarlo todo.



 Sairon no sabía qué decir ante las palabras del moreno, ¿cómo que había ido a buscarle? Less pudo notar la confusión en él, no le hizo falta ni siquiera mirarle. Le agarró por la muñeca y tiró de él hacia la puerta de casa, fue tan repentino que el rubio fue incapaz de oponer resistencia y cuando quiso darse cuenta ya estaba saliendo. Lo que se encontró en el exterior no era lo que él esperaba, era un espacio completamente distinto: el suelo era de baldosa a cuadros magenta y negro, como un gran tablero de ajedrez. Esparcidas como si alguien las hubiera colocado al azar se erguían unas columnas de mármol negro algo destrozadas, como si hubieran soportado el paso de los años desde allí. Pudo ver sobre uno de los pilares la figura sentada de Less, sonriendo como si todo fuera lo más normal del mundo.

-¿Qué es todo esto...?-pudo porfín articular palabra.

-Son los pilares de la Tierra, siéntete orgulloso de poder pisar el territorio prohibido de los Dioses. Pero... eso puede cambiarse.

Con la sutileza de un gato se bajó de un salto, quedando a escasa distancia del rubio. En cuanto sus pies tocaron el suelo su imagen cambió, su cabello se volvió blanco y sus ropas se volvieron completamente negras: se había transformado de repente en Edelier, su hermano.

-Less... ¿qué demonios está pasando?

-Alguien ha despertado una vieja profecía... El Less que estas viendo no es el que conociste años atrás, me han traído desde las sombras para sustituir a Dios.-cerró los ojos y sonrió.- Obviamente, pienso empezar desde cero. Esta basura no merece más oportunidades...

Otra vez su figura cambió, esta vez era la de Shei. Cogió el rostro con suavidad de su acompañante y lo acarició, viéndolo tan confuso y puede que preocupado por todas las locuras que le estaba soltando de repente. Se acercó más a él, siempre mirándole fijamente a los ojos con una tranquila sonrisa en los labios.

-Hay algo que me falta. No quiero dirigir esto sólo...

-¿Estas diciendo... que quieres que haga esto contigo?

-Bingo.

No entendía nada, estuvo a punto de creer que se estaba volviendo loco... ¿Qué debía hacer? Todo era tan caótico y sin embargo el otro parecía tan... feliz. Empezó la frase con la que respondería a Less hasta que algo le interrumpió, era una voz que no reconoció, masculina y calmada:

-Yo de ti no aceptaría nada que viniese de él, tiene pinta de pervertido.

 Un sonido de cristales rotos les llamó la atención y se voltearon, encontrándose con la silueta de Through surgiendo de una extraña brecha en medio de la nada. Aún se encontraba herido y no estaba en las mejores condiciones para "emociones fuertes", pero era demasiado persistente para rendirse en ese momento. Sairon lo miró confuso y luego dirigió la vista a Less, que había fruncido el ceño transformando su rostro en la perfecta imagen de la molestia.

-¿No tenías suficiente con destrozarme como para ahora venir a tocar las narices, Ume?-gruñó el Dios mientras se abrazaba al rubio.

-Es que me encanta la cara que pones cuando te fastidio. Enserio, ¿pretendías secuestrar a este pobre chiquillo? ¡Si ni siquiera se está pispando de nada!

Si las miradas pudiesen matar, Through ahora estaría muerto, y por doble banda. El mencionado se colocó detrás del moreno para protegerlo de ese recién llegado, no le gustaba. El de cabello castaño se quedó inexpresivo y dio un paso hacia delante, cuando Sairon quiso darse cuenta había aparecido detrás de él y de Less. ¿Cuándo lo había hecho?

-Realmente no estoy interesado en tí, Alix. Sólo en lo que guardas en tu interior.

¿Alix? ¿De qué demonios estaban hablando? Una sonrisa se dibujó en el rostro de Less, cuyo rostro se había ensombrecido para mostrar una faceta suya que no concordaba con él.

-Alix ha muerto y Chika Kakera no regresará. Lo sabes. Los has asesinado con tus propias manos.

-No entiendo nada, Less. ¿Quién es este tipo? ¡Explícamelo!-le exigió Sairon.

-No tienes porqué saberlo, Sai-kun.-le dijo Less, volviendo a su forma de ser de siempre y con un tono de voz dulce.-Sólo te causará problemas y no quiero eso... Vamos a estar juntos para siempre, así que no necesitas preocuparte por cosas insignificantes.

-No le hagas caso. Si vas con él, perderás todo lo que tienes y no podrás ver a los tuyos.-interrumpió Through, apartando a Less de Sairon de un solo tirón.- Chika, sé que estás ahí. Sé que tú no eres esta clase de monstruo que acabo de crear, sé que me escuchas y también sé que puedes salir.

El Dios pareció molestarse más con eso, ya estaba aburrido de tanta habladuría. Alzó la mano y con ella levantó en el aire al de pelo castaño y ojos anaranjados, asfixiándolo, como si fuera una presa fácil.

-Me estás hartando más de la cuenta... ¿¡Cuántas veces tengo que decirte que Chika ya no está!?

"No estes tan seguro."

Sus ojos se abrieron como platos y el cuerpo de Through cayó al suelo armando un gran escándalo que resonó por todo el lugar. Se llevó las manos a la cabeza como si le estuviera a punto de rebentar, incluso se tambaleaba. Sairon se acercó a él, intentaba averiguar que le ocurría pero el otro no hacía más que agarrarse fuertemente a sí mismo. En una de esas tuvo que agarrarlo ya que se había empezado a retorcer hasta el punto de que se caería de un momento a otro. E igual de rápido como vino aquel espectáculo de convulciones, se fue. Less dejó caer su cuerpo muerto sobre los brazos de Sairon mientras respiraba costosamente. Una figura translúcida salió del cuerpo del moreno, como si un alma ajena a la suya se separase de su cuerpo, haciendo que Sairon diera un leve brinco en el sitio. Era un joven de cabello azul largo, atado en una coleta sobre su hombro derecho y los mismos ojos turquesas de Less, vestía un kimono negro y blanco, bastante simple.

-Pobre criaturilla, lo teneis en ascuas.-dijo el aparecido señalando a Sairon.- Y encima negais mi existencia, qué malos.

El rubio parpadeó un par de veces sin entender nada, dirigió una rápida mirada a Less, el cual se había quedado inconsciente en sus brazos. El peliazul se acercó a ambos y sonrió de oreja a oreja, como si no estuviera pasando nada.

-Te haré un resumen rápido: ese pervertido de ahí-señaló a Through en ese momento-pretendía despertar mi alma que lleva mucho tiempo dentro de este chiquitín y para que no tuviera que convertirme en Dios lo usó de conejillo de indias, pero la cosa le salió pato y acabó creando una cosa rara que quería secuestrarte para destruir el mundo y rehacerlo. ¡Qué simple! ¿no?

-Oye, de pervertido nada. Encima de que te devuelvo a la vida...

-Creo que me he quedado igual que antes... estais todos locos.-intervino Sairon, aún parpadeando de lo absurda que se había convertido la escena.

-¿Veis lo que conseguís jugando a ser los héroes de la peli, niños? Creais confusiones mentales y transtornos pervertidos severos.

-¡Qué no soy un pervertido, joder!

Y así empezaron ambos a discutir, si la cosa ya era de por sí extraña, ahora lo era aún más. Cuando ya se cansaron de decir chorradas, el recién llegado cerró los ojos y suspiró. El de pelo castaño carraspeó como si la cosa no fuera con él y apartó la mirada, luego volvió a clavar los ojos en el peliazul.

-Si vienes a disculparte otra vez, no lo intentes. Sabes muy bien que lo que has hecho ha estado mal.

-Nunca dije que quisiera que me perdonases.-le contestó Through, haciendo aparecer una espada japonesa.- Las palabras bellas no cosen heridas.

El otro hizo aparecer otra espada, similar a la del castaño, pero con una hoja que parecía emitir un brillo rojizo. Ambos se apuntaron el uno al otro, estando a tan poca distancia los filos rozaban sus cuellos de modo que con el mínimo movimiento cualquiera podría seccionarle la yugular al de en frente.

-Through, ¿por qué has metido a tanta gente en esto?

-No tenía otra opción... era la única forma de salvarte. Y sólo queda una cosa por hacer.

Con un rápido gesto y sin que nadie pudiera evitarlo, se atravesó con su propia espada. Aunque Chika le agarró, su cuerpo cayó al suelo, quedándose en los brazos del otro. Lo miraba con incredulidad, ¿por qué había decidido suicidarse después de todo lo que había hecho? Era simplemente estúpido, no cuadraba en absoluto y menos en un perfil como el suyo, tan... arrogante.

-¡Through!

-No grites, que aún no me he muerto...-le intentó "calmar", cerrando los ojos.-Aún puedo oirte.

-¿Por qué lo has hecho...? ¡Se suponía que querías destruir todo esto! ¡Crear un mundo nuevo! No tiene sentido...

-Chika... tu ya no puedes existir en el mundo de los vivos... y la existencia de Less ha quedado tan dañada que ni siguiera puede materializarse fuera de aquí... Ambos habeis pasado a ser meros "conceptos"...-hizo una pausa, tosiendo bastante sangre durante ese breve período de tiempo.- Pero si yo puedo darte la mía podrás volver a ser como antes...

-¡No quiero tu maldita existencia, Through! Eso no tiene sentido... ¿Por qué yo...?

-Un mundo sin tí... sería un lugar hueco y... aburrido...

Su cuerpo empezó a volverse más liviano, cuando el peliazul quiso darse cuenta este ya se estaba deshaciendo en polvo y se marchaba volando en la inmensidad. Chika emitió entonces un leve resplandor que no tardó en apagarse cuando Through ya se había marchado. Se quedó unos segundos sin entender qué pasaba mientras clavaba los ojos en sus manos, ¿por qué había decidido sacrificarse en el último momento? Sentía un dolor punzante en el pecho pero no lo identificaba como suyo, no era cosa suya.

Mientras todo esto ocurría, Sairon notó como Less se movía entre sus brazos, se estaba despertando. El moreno abrió lentamente los ojos los cuales volvían a su natual tono turquesa claro. El rubio pudo escuchar como el otro murmuraba su nombre con voz entrecortada, como si fuera a echarse a llorar de un momento a otro. Lo abrazó con fuerza mientras le acariciaba el cabello para calmarlo, él se aferró a su cuerpo tratando de sentirse protegido. No dejaba de murmurar por abajo cosas como "lo siento" o "perdóname", pero todo ya daba igual, ahora podrían volver a casa y seguir con todo como si no hubiera pasado nada o al menos así pensaban.

Chika se acercó a ambos y alzó su espada, la bajó rápidamente y allí se abrió una extraña abertura para salir de ese lugar. Él fue el primero en salir, una vez fuera les apresuró para que saliesen pues el portal no duraría mucho abierto. Cuando Sairon iba a salir con Less se topó contra algo, al principio no sabían de que se trataba, era como tener delante de tus narices una pared invisible que les impedía el paso.

-¿Pero qué...?-murmuró el rubio.-¿Por qué no nos deja salir?

-Es Less, él no puede volver al mundo real. Su existencia como el ser humano "Less Takara" quedó prácticamente destruída y ha pasado a ser un concepto, su presencia ahora requiere demasiada información que podría causar una paradoja y que el mundo se destruyese sólo.

Ambos jóvenes abrieron mucho los ojos, después de todo lo que había pasado... ¿Less no podría volver? ¿Qué clase de "final" era ese? ¡Tenía que haber alguna solución!

-¡Yo no pienso volver sin él!-El rubio pegó a Less contra sí y frunció el ceño, si hacía falta se quedaría con él allí.

El moreno lo apartó un poco de sí y negó con la cabeza, ya era hora de dejar de ser "la princesita en apuros" y de salvarse a sí mismo. Murmuró un "lo siento" por milésima vez ya en el día y empujó a Sairon fuera sin que pudiera oponer resistencia. No se dio cuenta cuando lo empujó, sin querer el otro le arrancó el crucifjo de metal que siempre cargaba al cuello junto a su collarín de cuello pero realmente no le importaba.

-¿¡Qué se supone que estas haciendo, Less!?

-Voy a buscar una manera de salir por mi mismo, no te preocupes, volveré pronto, Sai.-El chico sonrió lo mejor que pudo.-No tardaré tanto esta vez, lo prometo.

El rubio se levantó para volver con él, pero el portal se cerró ante sus narices. Soltó una maldición por lo bajo mientras agarraba con fuerza el colgante que le acababa de arrancar a su amigo momentos antes.




Pasó el tiempo en la ciudad, realmente sólo fueron dos meses pero nadie recordaba nada de lo sucedido en esos últimos años. ¿Quién era Less? No había nadie con ese nombre...
Sairon dirigió la vista al cielo desde la ventana, cargaba al cuello un crucifijo metálico que no recordaba haber comprado y al que, sin embargo, le guardaba un cariño inconmensurable. Sintió como Shei y Suzume lo llamaban, haciéndole volver a la realidad. Al parecer Deletier había conseguido traer a Dante, que era hermano de Shei, a la casa después de muchos rodeos y ahora estaban todos hablando tranquilamente. Se acercó al grupo y vio que Deletier intentaba abrazar a Dante sin mucho éxito.

-Mou, Dante-san es malo, ¡no me deja abrazarlo como a un peluche!

-¡Te tengo dicho millones de veces que no soy un peluche! ¡Eres un conejo pervertido, fus fus!

Siguieron así un buen rato como de costumbre, las escenas de ese estilo eran típicas en ellos. Sin duda, aquel sería un día alegre como el que más... Para el albino, aquello era todo un alivio. Por fin tenía todo lo que perdió con su memoria junto a él, aunque un incesante sentimiento de vacío lo acosaba constantemente desde hace ya tiempo... Qué más da, se decía. Serían imaginaciones suyas.



-¿Cómo te encuentras? ¿Te aburres mucho?

"No mucho, me siento algo desamparado estando en vete tú a saber donde pero gracias a ti no estoy tan solo. Además, desde aquí se ven cosas interesantes..."

Chika esbozó una sonrisa. Estaba sentado debajo de un árbol con una vieja sombrilla japonesa abierta y apoyada en el hombro. Casi no le hacía falta mover los labios para que él le oyese, era una suerte que la comunicación aún se mantuviera teniendo en cuenta el lugar donde se encontraba.

-Me alegro de ayudarte, ya sabes que si lo necesitas pueds dejar que tu alma cante para mí, como en los viejos tiempos.

"¿Alma? ¿Aún tengo de eso?"

-Incluso un concepto puede tener un alma si aún conserva valor en su significado. ¿Cómo estas llevando tu trabajo, Alix?

"Bien, supongo. Aún me queda mucho por aprender, quiero hacer de este mundo un lugar mejor y que no vuelva a pasar... tu ya sabes."

-Me alegra oir eso... ¿Y Less?

"... Less... echa de menos su hogar... pero volverá. Lo prometió."

El peliazul cerró los ojos, no era un gran final pero podría haber acabado peor. Aún quedaba mucho por hacer y demasiadas cosas en el aire, quizá era hora de investigar en el pasado para encontrar la respuesta que le deparará el futuro. O quizás ya era hora de retirarse y pasar una estancia tranquila en el mundo actual.

-Tal vez vaya siendo hora de acabar el cuento... ¿No crees, Through?

If you waste your time dreaming
you will never see the truth.
Please, forgive me,
It isn't a bad
or a sad end.
It's my story, only for you, my dear.
Our fairytale is not over yet.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Diseño navideño

Bueno bueno bueno... aquí estoy, renovando el diseño again, esta vez basándome en un estilo invernal XD. Las imágenes están cogidas de Zerochan, por lo que todos los derechos de autor pertenecen a los creadores de estas y no a mi, igual que a los creadores de los recursos que usé para decorar las imágenes.

Hablando así de temas randoms, estoy estresadísima. Las clases son estresantes y casi no tengo tiempo para nada, cada vez que tengo un día de descanso me meten algo de por medio, así no hay Dios quien escriba. Encima ahora que solo falta un capítulo para el gran final de la saga Tenshi... Pero no os preocupeis que pienso terminarla, ya tengo pensado mi siguiente proyecto y no pienso dejarlo atrás.

Además de esto, tengo que ponerme las pilas en Fragmentos (cofcofpublicidadsubliminalcofcofvisitadfragmentosuosquedaissinyaoicofcof) ya que he dejado muchas cosas "en el aire" y debería continuar con mi tablero en el club del misterio. Virgi-onee-sama y yo estamos pensando en como podría ser un segundo episodio del tablero que fui Game Master y realmente es un trabajo duro el que no resulte repetitivo y aburrido, pero estoy segura de que conseguiremos que sea tan bueno como en su primera ronda. También me entraron ganas de hacer un video estilo motion graphic de algun fanfic o incluso de mi tablero del Club, aunque siempre que me quiero poner a ello o me da pereza o el ordenador va leeeeeeeento y como que naranja china, limón francés.

¿Qué más puedo decir? ¡Ah queso, nariz sin hueso! Igual si me aburro demasiado hago algunos dibujos oficiales de los personajes originales de mis fanfics y los subo aquí, con fichas más o menos bien estructuradas y decentes. No se si serán a ordenador o a lapiz, todo depende de cuando tenga tiempo de aburrirme hehehe... n.nU Pero el caso es que lo intentaré.

Dicho esto, no me queda nada más que decir XDU

matta ne!

Dejo una ima de Less pa los fans (si es que tiene alguno/a ...)