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miércoles, 12 de octubre de 2011

Shirotenshi: Forgotten memories without you~Cap. 3

-Exactamente, ¿qué es lo que busca?

Tsukisoice pareció pensarse mucho la respuesta antes de hablar, volteando los ojos de un lado a otro mientras se llevaba el dedo índice a los labios y los golpeaba con suavidad de forma rítmica.


-Es difícil de explicar, este tipo estaba loco.-fue lo único que respondió, Edelier apretó los dientes mientras emitía lo que parecía ser un gruñido.


-¡Eso no es una respuesta! Tú le conociste, ¿verdad? ¡Explícamelo! ¿¡Qué es lo que planeaba!?


El extraño personaje comenzó a dar vueltas por la sala, era un extraño cuarto de paredes azul marino cuya única iluminación procedía de un peculiar candelabro que sostenía velas negras, que a su vez desprendían ténues llamas celestes. La pálida luz bañaba débilmente unos muebles de color verde aguamarina y una robusta mesa de roble sobre la que se esparcían miles y miles de papeles de toda clase y colores: pequeños, grandes, oscuros, claros, blancos, negros... muchos de ellos contenían dibujos o estaban escritos por las dos caras, con letra irregular y bastante desgastados. Lunrey cogió uno de estos con cuidado y lo observó con aborrecimiento, comprobó que una esquina se deshizo con solo tocarla y procedió a devolver el papel a su sitio intentando que no se notara y regresó a uno de los asientos, siguiendo con la mirada las múltiples vueltas que daba Tsukisoice de forma mareante. Se llegó a preguntar si no se mareaba de dar tantas vueltas.


-Lo que ese demente planeaba es crear un mundo desde 0, un bello y perfecto mundo, tan irreal como un delirio y tan mortífero como un dulce veneno.



Three days~ three embodiments of madness


Less contemplaba con temor como Suzume y Shei se acercaban a él amenazantes con aquella prenda de vestir.

Aquella mañana las chicas se habían empeñado en salir a comprarle algo de ropa al muchacho ya que no podría vivir eternamente con la que Sairon le prestaba y prácticamente arrastraron a los chicos hasta el centro comercial más cercano. En ese momento, ambas sostenían un vestido blanco de tirantes con volantes en la parte de abajo, que llegaba más o menos hasta la rodilla, la cintura estaba rodeada de una cinta del mismo color que podía atarse por la espalda con un lazo como si fuese un cinturón. Cada una lo agarró de una mano y tiraron de él para meterle dentro del probador con la prenda, Sairon se quedó mirando la escena con estupefacción y una ligera sonrisa de compasión, mientras pensaba "pobre Less, le ha tocado a él". Un chico de más o menos la edad de Suzume, de cabello blanco y ojos morados llamado Riebi suspiró con cierto alivio de pensar que al menos no cogieran al resto de chicos para ponerle trajecitos. Cuando las muchachas salieron de los probadores tarareando una melodía similar a un "tatatachán" de las trompetas, corrieron la cortina que separaba el probador del exterior, dejando ver a Less con su "nuevo atuendo". El vestido le quedaba bastante ceñido, realzando completamente su figura y otorgándole un aspecto más estilizado del que había pensado tener. El blanco resaltaba algunas zonas sonrosadas de la piel del muchacho y las hacía ver más sensibles de lo que quizá eran. Incluso se habían acordado de ponerle algunos accesorios, como una flor blanca en el pelo, una gargantilla del mismo color y una tobillera de plata.

-¿A que es una monada?-preguntó la morena con gran emoción mientras abrazaba al pobre Less, que intentaba esconderse detrás de ella con el rostro completamente rojo de pura vergüenza.

-E-esto no está bien... ¡Soy un chico! ¡N-no puedo llevar vestidos!

-Pues yo creo que te sienta de miedo.-Bromeó el rubio, haciendo que Less se pusiera más rojo de lo que ya estaba y se escondiera todavía más detrás de Shei.

Less corrió hasta el vestuario del que había salido y cerró la cortina, negándose a salir hasta que no le trajeran ropa de chico. Empezó a quitarse el vestido rápidamente, farfullando por lo bajo sobre la situación y sintiendo un escalofrío al imaginarse lo extremadamente ridículo que se vería. En ese momento, escuchó algo.

Uno, dos, tres golpecitos.

El sonido provenía del espejo se dijo, pero... ¿cómo podía alguien golpear tras él? Se giró lentamente, sintiendo como se le erizaban los pelos de la nuca y le resbalaba sudor frío de la frente. Vio su propio reflejo sobre la superficie, su cuerpo pálido levemente marcado en algunas zonas gracias a los años que convivió con Ume y su rostro lleno de sorpresa. De pronto, la imagen cambió en algo. Su cabello era mucho más largo, atado en una coleta y de color azul. Su forma de mirar también era diferente. Seria, tranquila, también melancólica. Instintivamente acercó la mano al espejo para tocar esa extraña imagen con tal delicadeza que creyó que se desvanecería de un momento a otro. El extraño del reflejo colocó el dedo índice sobre la pulida superficie de cristal y comenzó a moverlo. Derecha, izquierda, arriba, abajo... en todas las direcciones hasta conseguir una palabra, una única palabra perfectamente escrita. Una única palabra que hizo que abriera los ojos como platos y retrocediera con rapidez y se chocase contra algo inesperado. Ambos gritaron sin pensarlo.

-¿Pero que ha pasado?-preguntaron todos casi a la vez.

Se había chocado con Shei, que le traía algo que ponerse. Avergonzado, le pidió disculpas una y otra vez, alegando que no se había dado cuenta de que ella iba a entrar. Volvió a mirar al espejo por el rabillo del ojo, volvía a estar él mismo allí.

-¿Ocurre algo?-le preguntó Shei ladeando la cabeza.

-Creo que me estoy volviendo viejo.



-Dante-saaaaaaaaaaaaaaaaan.-exclamó Deletier como si estuviera gritando un trozo de una canción infantil, todos se le quedaron mirando con semblante de haber visto un loco.

-¡Te he dicho que no me llames a voces por la calle, tarugo!-le regañó el mencionado dándole una colleja cuando lo tuvo al lado.

Sin importarle la bronca de su amigo, saltó hasta colgarse de su cuello a modo de abrazo de bienvenida. El pelinegro le revolvió el pelo soltando un suspiro de resignación, el albino sonrió. Lo soltó y volvió a pisar el suelo, ambos comenzaron a caminar sin darse cuenta de que cada paso lo daban con el mismo pie en perfecta sincronización. Dante miró por debajo de las gafas de sol y se percató de ello, parando en seco. Deletier hizo lo mismo, al mismo tiempo y de la misma forma.

-¿Intentas imitarme?

-¿Imitarte? No, ¿por que lo dices?-ladeó la cabeza inocentemente el albino y parpadeó un par de veces.-Ahora que lo dices, se siente como si mi cuerpo se moviera solo.

Sin previo aviso y a una gran rapidez, Dante sacó una daga del interior de su chaqueta y balanceó el filo cerca de Deletier, este se apartó casi al instante pero no lo suficiente como para no sentir cerca el cortante metal sin que le llegara a herir. Empezó a gritarle si estaba loco y cuando quiso darse cuenta, unos cables finísimos, imperceptibles para las personas, le cosquillearon en la mejilla al romperse. Vio algo centellear al lado de la cabeza de su acompañante antes de que él lo cortara, era otro más. Entrecerró los ojos, su pupila se volvió de color rojo y pudo entonces ver la imagen que les rodeaba con más claridad: todo estaba repleto de esos extraños cables, todo, completamente repleto. Estaban rodeados.

-Hay cables en todas partes, no hay forma de librarse de ellos.

-No me digas que puedes verlos, porque para una noticia así no hace falta tener los ojos de superman. Preferiría que también tuvieras rayos ópticos incorporados, conejuso.

-No tengo rayos ópticos, no soy de Di Gi Charat ni tampoco Cíclope de los X-men, pero tengo algo que puede servir.-Alegó mientras sacaba dos de sus pistolas, una completamente blanca y otra plateada con las palabras "Silver Blood" gravadas en perfecta caligrafía.

Dante empezó a regañarle por sacar aquello deltante de todo el mundo, pero ya era demasiado tarde, todos habían huido al ver a dos extraños individuos armados en mitad de la calle. Todo estaba vacío, un desierto en mitad de la urbe se dijo el moreno mientras se quitaba las gafas de sol para guardárselas en un bolsillo. Un extraño individuo surgió de la sombra de un árbol, Deletier notó que todos los hilos iban a dar a sus manos. Giró la cabeza para crujir el cuello, iba a ser una tarde movidita.



-Ya está todo listo.-Exclamó con alegría Suzume mientras daba media vuelta sobre sí misma y se giraba a los chicos.

-Menos mal, nos hemos librado de ponernos trajecitos.-Rió Riebi mientras se rascaba la mejilla.

-Mou, si os veis monísimos con ellos puestos, no os quejéis.-Lo regañó la rubia, más como una broma que por otra cosa.

Todos rieron ante aquello, hacía muchísimos años que no se había reído tanto, o eso pensó Less. Le gustaba disfrutar de la compañía de todos ellos, se sentía como si estuviese rodeado por una gran familia o algo similar, todos se sentían cercanos y eso le gustaba. Sin embargo, algo en su interior le hacía recordar una y otra vez que aquello no podría durar para siempre y que en algún momento tendría que acabar, como siempre había pasado y como siempre pasará. Se llevó la mano al pecho instintivamente, aquello dolía, y aún así se esforzaba por reír junto a ellos.

Se dirigieron hacia la salida del centro comercial, era hora de volver ya que todavía había que preparar la comida y se les estaba haciendo tarde. Iban hablando animadamente, riendo y haciendo bromas como cualquier grupo de amigos. Less disfrutaba de las "esencias" que desprendía el grupo, desde muy pequeño había desarrollado la capacidad de percibir un "olor" característico en cada tipo de personas que le podían dar pistas sobre como era su personalidad... e incluso su procedencia. Sus hermanos al ser ángeles, olían como un suave perfume un poco dulce pero que no llegaba a ser empalagoso, era muy agradable. Las personas amables por lo general olían a dulces, como pasteles o azúcar, incluso a fresas con nata o similares, mientras que los rencorosos era un olor agrio, acercándose al de huevos crudos. A pesar de esto, nunca supo asignarle un olor determinado a Ume, su esencia cambiaba constantemente y muy a menudo era tan débil que apenas podía percibirla, a veces llegaba a hacerlo ver muy lejano a él, en el fondo algo reconfortante. Normalmente debía conformarse con las muestras de supuesto afecto que Ume le regalaba, nunca conoció el verdadero cariño sin que hubiese algo escondido por detrás. Debía conformarse con el tacto sobre su cuerpo de aquellas manos sucias y que le provocaban un sentimiento repulsivo hacia su propio cuerpo. Y es que sin poder evitarlo, él mismo sentía que todo aquello lo provocaba, que era culpa suya atraer a otros con solo mirarle, como si quisiera llamar su lujuriosa atención a través de su físico y aquello le daba náuseas. Pero él no podía actuar de otra forma, él era así y siempre lo sería. Y era por eso que les envidiaba a ellos, que tenían un aroma tan dulce y agradable del cual enorgullecerse, él no podía oler su propia esencia pero estaba seguro de que nunca sería tan dulce como la de ellos porque, al fin y al cabo, Ume había conseguido transformarla en una nauseabunda como la suya.Un escalofrío le recorrió la columna de arriba a abajo, haciendo que se estremeciese. Miró a su derecha, encontrándose con una visión que lo desconcertó del todo: se vio a sí mismo, sonriendo de una forma que no le gustó en absoluto. El falso Less empezó a correr entre la multitud hacia el interior del lugar, con una torpe excusa, el muchacho le siguió tan rápido como podía. A duras penas conseguía seguirle el rastro entre tantos desconocidos a su alrededor, que lo miraban extrañados a través de su carrera contra corriente. No tardaron en llegar hasta el aparcamiento, desierto de personas y repleto de coches. Era extraño que un lugar así estuviera tan poco transitado por los que llegaban y salían del gran espacio comercial, al menos así pudo quedarse a solas con aquella imitación tan perturbante de sí mismo y que ahora estaba de espaldas. Se acercó despacio, alargando una mano para tocarle el hombro aunque con cierto temor, ¿qué podía hacerle? Miles de ideas se pasaron por su cabeza, haciendo que su miedo aumentase cada vez más.

-¡No lo hagas!-gritó una voz desconocida a sus espaldas.

Se giró en redondo, volviendo a ver a aquel chico de cabello largo y atado en una coleta, esta vez vestido con una especie de kimono japonés negro y con una mirada llena de preocupación y tal vez de enfado. Sintió como se reía el otro Less de una forma que le puso los pelos de punta, no supo si girarse o no hasta que empezó a hablar.

-Idiota, ¿sólo has salido de tu madriguera para retrasar lo inevitable?

-Déjale en paz, él no tiene nada que ver en esto.

-Si que tiene, más que tú seguro, fantasma. Nuestro deber es ser uno solo y no dos, ¿¡no lo entiendes!? Debemos convertirnos en uno, ¡como tú debiste hacer en su momento!

-Yo... no entiendo nada...-murmuró Less llevándose las manos a los oídos, ya era suficiente, no era capaz de comprender la situación en absoluto y por encima le tenía que ocurrir todo eso.-¿Por que... por que yo? Ya basta...

El rostro del peliazul cambió a uno más apenado, quizás hasta piadoso.

-Deja a Less en paz, esto es solo entre tú y yo.

-Te equivocas, Chika Kakera, te equivocas.-Dijo la falsificación mientras sonreía de oreja a oreja.-Esto es algo entre él, tú y yo.

-¡Callaos de una vez!-gritó harto el muchacho.

Cerró los ojos con fuerza y empezó a contar mentalmente hasta diez, como solía hacer cuando era un niño y quería que algo horrible terminase. Le vinieron a la mente aquellos momentos cuando su madre le gritaba por cualquier cosa o cuando Ume le empezó a "tocar" de esa forma, hacía justo lo mismo que estaba haciendo allí, cerrar los ojos y contar hasta diez, hasta que la pesadilla acabase. Pero en esos tiempos nunca acababan, abría los ojos y seguían allí, haciéndole saber que la pesadilla nunca acabaría, que su vida era la pesadilla. Lentamente volvió a abrirlos, esta vez descubriendo con alivio que las visiones ya no estaban y que en su lugar habían personas caminando hacia sus vehículos o que lo miraban extrañados. Se abrazó a sí mismo, aún seguía asustado. Intentó serenar sus latidos, su respiración, el pecho le dolía de lo rápido que batía su corazón contra las paredes de la caja toráxica, ¿a caso nunca podría llevar una vida normal?

Nuevo mundo

Iba a ser una tarde calurosa, pensó el hombre mientras miraba el cielo azul. Dio una calada a su pipa mientras bajaba la vista del hermoso lienzo azul y blanco hacía la tierra firme y, a su parecer, bastante monótona. Soltó el humo con fastidio, estaba bastante aburrido y un pensamiento sobre la vejez recorrió su mente. Estaba convirtiéndose en un abuelo en toda regla. Se recostó en el respaldo del banco y se puso a jugar a mover una piedrecita con la sandalia. Tenía el cabello de color morado y vestía ropas orientales, aquel día llevaba un yukata japonés del mismo color que su pelo con mariposas doradas y llevaba unas vendas sobre uno de sus ojos y la frente. Se encontraba en un pequeño banquito de piedra al lado de una casa del mismo material de una villa muy al estilo de un poblado chino. La gente que pasaba por allí parecían también sacados del mismo, ropas orientales, ojos rasgados y cabellos oscuros, era como estar en la misma China, pero sin estarlo. No estaban en ningún lugar en concreto, él mismo lo llamó "el punto ciego". Unas mujeres que caminaban llevando pesadas cestas lo saludaron respetuosamente, a lo que él hizo un gesto con la cabeza imitando una reverencia de forma un poco tosca. Cerró los ojos, intentando abstraerse un rato de todo lo que le rodeaba y disfrutar de la agradable temperatura y el suave olor a comida que venía de las casas hasta que de pronto sintió una presencia a su lado.

-¿Has venido a molestarme después de tantos años?

No hubo respuesta alguna, el hombre de pelo morado simplemente articuló un "me lo tomaré con un sí". El silencio reinó entre ambos haciendo que por fin se dignase a mirar al recién llegado.

-Veo que has tomado otro cuerpo prestado, ¿qué te trae a mi villa de ninguna parte?

-Ya le tengo a él, todo está listo para la ceremonia dentro de tres días.

-Sabes que todo esto es un suicidio, ¿verdad?

-No me importa, todo sea por acabar con este maldito círculo vicioso.-El desconocido hizo una pausa para marcar la tensión en el asunto y mirar a unos niños que estaban jugando al otro lado del camino de tierra que se alzaba entre los dos.-No volveré a dejar que nadie intervenga en mis planes.

-Eres un maldito lunático...

-Takuya, puedo devolverte aquello que la vida te quitó en su momento, solo tienes que echarme una mano.

Pareció pensarse la oferta, su respiración y sus latidos también parecieron detenerse para dejar que la tensión pensara por él.

-No sigas por ahí...-le suplicó Takuya, sintiendo cómo se le quebraba la voz al final.

-Sabes que lo deseas, al fin y al cabo, es por eso que sigues existiendo en este mundo. Ayúdame y yo te ayudaré a tí, de lo contrario, pagarás las consecuencias, porque bien puedo darte como quitarte algo preciado...

Takuya apretó los puños, estaba claro que no podía arriesgarse y aquello le produjo una gran satisfacción al extraño que, en aquel momento, sonreía de oreja a oreja.

When you call me
ring the bell that calls the angels
our souls will meet
in the place where the demons come.
We'll meet again
in your sleep without end.

2 comentarios:

  1. Wiii~ Por fin nuevo capi~ *salta de alegria*

    Me a encantado la parte donde "travisten" a Less xD Se veria adorable con un vestido -w- Y seguro que Sai se lo llevaba al cuarto oscuro (?)

    La parte de Chika y el "doble misterioso de Less" a sido muy rara xD Pero me a gustado, ojala Chika salga mas amenudo >w<

    Y Takuya... Pobrecito, no le quedan mas narices que hacer lo que le dicen QvQ Ojala tenga forma de evitarlo

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  2. Como dice Iru-nee-san, por fin un nuevo capítulo >w<
    Me hizo gracia cuando travistieron a Less, pobrecillo xD Aunque podría ser peor, podrían haberle puesto ropa de encaje (??)
    A ver si Lessito consigue un final feliz, que todo lo malo le pasa a él y a sus hermanos peliblancos y sepsis Dx
    Han salido Chika, Takuya y un tipo random que creo que conozco (??)
    Pobre mister tuerto, se encuentra entre la espada y la pared X__x
    Chika el fantasmita violador ~~ Le haremos una canción parecida a la 'cobra gay' xDDD
    Continua con el fic nee-san >w<
    Saluditos =3

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