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martes, 5 de octubre de 2010

Kurotenshi: Death Throug Edge~Cap.2

Alguna vez he deseado estar vivo, alguna vez he deseado estar muerto, pero ambas opciones son inalcanzables para mí. Ambas son lo mismo, ambas serán sinónimo de soledad para mí. Sin embargo, siempre habrá algo que me retenga a este mundo. A pesar de que lo que solía atarme a este cruel mundo desapareció... Este maldito destino que me ha tocado me separa de todo lo que quiero, ¿qué puedo hacer? No me quedaré quieto, mirando como corre el tiempo y la soledad me sigue perturbando, lucharé contra aquello que me aprisiona en esta cruel tortura.

Hace tiempo creí soñar que mi vida era un sueño, que era una mariposa que podía escapar de la prisión en la que me encerraron unas manos crueles y así podía volar libremente, pero todo fue un sueño. Un triste y bello sueño que desaparece como la arena que el viento se lleva. Grano a grano se la va llevando, igual que cada segundo se reduce el tiempo en que mi sueño siga engatusándome con esa falsa felicidad que tanto añoro. Quiero volver a aquellos tiempos en que la felicidad era para mí algo corriente y no simplemente una ilusión.

Aquella falsa felicidad, este solitario conejo blanco y la muerte que me acompaña.

Day Two~Two Sad Dolls

Sintió un roce suave y frío en su mejilla cálida, creía que era un sueño pero sin embargo resultaba tan real que la hizo despertarse sobresaltada, no encontró a nadie a su lado.

A aquellas horas la escuela estaba sumida en un profundo silencio, era tan oscura y fría que daba la sensación de estar en un lugar abandonado, donde sus únicos habitantes eran las almas errantes de la noche. La joven de cabello negro se quedó mirando quince minutos hacia el tejado de su habitación, como si aún sintiera una presencia a su alrededor. Fue entonces cuando la divisó, una pequeña, hermosa y melancólica mariposa negra iluminada por las pocas luces que provenían de la calle, justo allí, en su cuarto. Esta revoloteó hasta posarse en la ventana y quedarse allí pegada como si se tratara de una pegatina, Kana se levantó, se puso una bata y la atrapó entre sus manos. Con paso calmado, salió al pasillo en dirección al exterior y cuando llegó a la entrada de la escuela-internado en la que residía abrió las manos.

-Venga, vuela.-dijo con una leve sonrisa melancólica.

La mariposa, en vez de salir volando se quedó en la mano de la chica, que se quedó mirándola mientras sonreía durante unos minutos hasta que por fin el insecto decidió marcharse. Se disponía a volver a su habitación cuando oyó un ruido que la sobresaltó, miró hacia los lados con temor de que alguna profesora la hubiese visto pero no vio a ninguna. Volvió a oír el mismo sonido, eran pisadas. Distinguió a lo lejos una sombra, sin saber como su cuerpo pareció moverse por sí mismo, obligándola a seguir a aquel individuo misterioso. Salió a la calle aún en pijama, hacía frío y el suelo estaba húmedo, por lo visto había llovido no hace mucho y aún estaba mojado.

Cada vez más la sombra se adentraba en calles más vacías y oscuras, haciendo que el temor se despertara en el interior de Kana. Pronto no tardaron en llegar a un callejón sin salida, iluminado por una única farola que mostró a un individuo de estatura media de cabellos blancos como la nieve y que vestía con un largo abrigo blanco y unos pantalones del mismo color. Se dio la vuelta y descubrió a un joven de rostro angelical, con unos melancólicos y a la vez inocentes ojos violetas, tenía un aspecto delicado que lo hacía casi tan hermoso como un ángel a los ojos de la joven. Además, había algo en él que le resultaba muy familiar a Kana.

-¿Miyuri...?

~Un conejo perdido~

El joven peliblanco se quedó mirándola durante un par de segundos con rostro confuso y ladeó la cabeza en señal de no entender nada. Kana se acercó a él para tocar su rostro y saber si era de verdad, la gran duda de que fuera tan similar a su querido amigo Miyuri le corroía por dentro y deseaba deshacerse de ella cuanto antes pero sin embargo el chico de ojos violetas retrocedió como si le atemorizase el contacto de la mano de la chica. Se sorprendió ante esta reacción, ¿por que haría eso?

-¿Me tienes miedo o algo así?

-No me gusta que los desconocidos violen mi espacio personal, es algo común entre los seres humanos.-dijo con un tono serio y formal el misterioso chico de blanco.

-Vale, vale, lo siento.-se disculpó algo avergonzada.-Aunque eso de "violar" suena muy mal...

Por un momento, pensamientos extraños pasaron por la mente de Kana y no pudo reprimir un leve grito histérico, no quería que la tomasen por una malpensada o por una pervertida. Se revolvió el pelo en un ataque de histeria para luego sentir que la mirada del peliblanco se clavaba sobre ella.

-Etto... no es lo que parece....

-Es muy común que los adolescentes piensen cosas sucias con palabras como "violar" debido al efecto de las hormonas en esta etapa.-dijo este con una voz seria y solemne.

-¡Tampoco hace falta que me hables como el narrador de un documental!

Hizo una pausa para tomar aire, miró hacia un lado para frotarse los ojos y cuando giró la vista de nuevo hacia el individuo, este había desaparecido. No entendía como pudo haberse marchado tan rápido, aquello fue demasiado extraño. Por alguna extraña razón aquello le había recordado a Alicia en el País de las Maravillas, cuando la pequeña niña perseguía a un conejo blanco.

~Welcome to Wonderblack~

Ya había llegado el día, ese gran día que el joven de cabello color ceniza y ojos color miel había estado esperando. Por fin podría volver a ver a su mejor amiga Kana, después de años y años sin verla a través de las fotos que esta le mandaba por correo y alguna que otra vez de videos que colgaba en la famosa página de Youtube. Estaba ansioso por pisar el suelo Alemán, no cabía dentro de sí de lo ansioso que estaba, se había preparado especialmente para aquel momento y había estado pensando durante días lo primero que le diría a su amiga. Sin embargo, tenía cierto temor de que se le olvidase lo que iba a decirle por los nervios pero prefirió no preocuparse demasiado por ello.

Rebuscó en su mochila que llevaba como equipaje de mano y se dispuso a entrar en los lavabos, llevaba un buen rato esperando para poder entrar, quería dejar atrás su vida "normal" lo máximo posible. Cuando salió, parecía una persona distinta: reemplazó su vestimenta algo formal y de chico bueno y aplicado por una camiseta negra que ponía en letras rojas q semejaban estar rajadas y escritas con sangre "Heaven isn't the true death, it's the biggest lie in this world" con una camiseta de rejilla por debajo, unos pantalones de cuadros rojos y negros y unas botas de plataforma muy alta con hebillas y cadenas que asimilaban algo pesadas. Había revuelto de tal forma sus cabellos de color grisáceo que quedasen dispersos y algunos le tapasen un poco su ojo izquierdo y se había cambiado las típicas gafas finas y de metal por unas con una calaverita de adorno.

La gente le miraba de forma extraña pero a él le daba totalmente igual, se sentó tranquilamente sobre su asiento y volvió a guardar su antigua ropa en la mochila. Aquella "identidad" pronto cedería a la destrucción del fuego, quedaría reducida a cenizas y daría por finalizada su "falsa felicidad". Se puso sus cascos y escuchó a todo volumen una canción de System of a Down, "Toxicity", mientras contemplaba como el mundo se empequeñecía bajo sus pies.

Cuando llegó al aeropuerto la gente entraba y venía de forma frenética, casi pensó que se lo llevarían por delante a la mínima que se despistase. Durante una fracción de segundo, un chico vestido completamente de negro con un gorro de lana del mismo color se chocó contra él, provocando una sensación similar a como si se congelase el tiempo. Pudo oír como una frase salía de los labios del desconocido pero no consiguió entenderla, cuando quiso darse cuenta, ya se había marchado. Miró a su alrededor pero no lo volvió a ver, resultaba tan extraño. Pero no hay nada malo que por bien no venga, divisó a lo lejos la figura de su amiga que estaba de espaldas. Su silueta para él era tan fácil de reconocer, era el tipo de persona que, según Kana, "es capaz de reconocer a las mujeres por sus caderas". Esas caderas anchas y ese pecho tan pequeño, obviamente si iban asociados al típico cabello corto y negro con la diadema que le caracterizaba, eso era un gran sinónimo de Kana. Iba vestida con una camisa blanca y una falda de cuadros verdes y negros, con unas medias de rejillas y unos zapatos verdes con plataforma. El japonés se acercó disimuladamente hacia ella y le tocó el hombro, haciendo que esta murmurase un "¿uhm?".

-Death!-exclamó levemente mientras guiñaba un ojo y hacia un gesto con las manos.

-Eres Grell Sutcliff.-respondió ella con una gran sonrisa.-¡Me alegro tanto de volver a verte, Miyu-kun!

Y saltó a abrazar a su viejo amigo con fuerza, que correspondió a su abrazo algo sonrojado. De pronto, el joven japonés comenzó a sentir como su hombro se humedecía lentamente y comprobó que el rostro de la chica estaba allí apoyado, acarició sus cabellos negros con una sonrisa amable mientras le susurraba con calidez.

-Ya estoy aquí, Kana.

Le temps est compté en arrière
et une larme est répandu
Qui est propriétaire?
Je vais raconter l'histoire
la prochaine fois que nous rencontrons
dans ce cauchemar douce

3 comentarios:

  1. *-* Sugooooooi. El capítulo está genial òwo.
    Y Miyuri es tan kawaii *-* la última parte fue de lo más graciosa *-* ¡¡Omochikaeri!
    Espero que actualices pronto con el próximo capi òwo

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  2. Mola el capítulo nee-chan >w<

    La transformación del Miyuri buenazo al Miyuri 'malote' es sugooi x3

    Me hace gracia la forma que tienen de llamarse Kana y Miyuri... Death y Grell, LOL xD

    Ahora que se besen (?) x3

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  3. Mola

    La transformación de Miyuri pinta pero lo que me llama es que quiero ver en realidad como es

    Y como dice Arisu neechan habían escenas graciosas que hasta mi me gustaron XDD

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